La tragedia de la chanchita

El coche 52 de la línea Comodoro- Punta Piedras, se salió de las vías la tarde del 15 de febrero de 1953 para quedar inscripto en la memoria local como el accidente ferroviario que marcó el fin del único ramal que surcaba la zona sur comodorense. Fueron 36 víctimas fatales y 65 los heridos que enlutaron los tres días de carnaval.

El domingo 15 de febrero de 1953 había sido una calurosa jornada en Comodoro, y la víspera de las festividades de carnaval alentaron a la gente a volcarse masivamente a las playas. Una formación del Ferrocarril de Comodoro Rivadavia había partido a las 17 desde la estación Rada Tilly hacia Comodoro, con cerca de 100 pasajeros -familias en gran número- que volvían a la ciudad tras haber disfrutado un hermoso día de verano.

El convoy, impulsado por el coche motor N°52 encontró la fatalidad en las costas de la playa 99, en un sector conocido por los vecinos como la “sulfa” (donde hoy funcionan los galpones de Sagosa). La combinación de exceso de pasajeros -duplicaba su capacidad de 48 asientos- la trocha angosta y el terraplén de reciente construcción junto al ingreso a la pronunciada curva en una velocidad de 80 km/h fueron determinantes.

La chanchita descarriló, y cayó por la ladera del barranco dejando restos del coche a lo largo de 40 metros. Con las playas del 99 también colmadas de veraneantes, el lugar no tardó en llenarse de testigos de la tragedia, que sumó inicialmente 23 muertos aunque tuvo por resultado final 36 víctimas fatales y 65 heridos: la lista fúnebre se incrementó durante el operativo de rescate montado rápidamente, cuando la grúa encargada de levantar la máquina -con pasajeros aún en su interior - se desprendió.

Los servicios de emergencia organizaron rápidamente un dispositivo de asistencia a las víctimas, y debido a la zona poco poblada y desértica varios médicos tuvieron que ser enviados desde Buenos Aires para atender a los heridos, mientras doctores y enfermeras de los hospitales de la zona arribaron a la ciudad en un tren especial. La tragedia determinó tres días de duelo y la suspensión de las fiestas de carnaval.

De acuerdo a las investigaciones posteriores al accidente, el maquinista, que tenía antecedentes por conducir la autovía a altas velocidades, habría estado alcoholizado, y se concluye en una falla humana, con lo que el motorman fue encarcelado y juzgado posteriormente.

EL RAMAL

El Ferrocarril de Comodoro Rivadavia a Colonia Sarmiento, conocido localmente como “Autovia” tenía como función central cubrir los servicios de cargas y pasajeros en las distancias urbanas y semiurbanas de las ciudades que servía, vinculando además los campamentos petroleros privados y estatales.

En funcionamiento desde 1910, la construcción del puerto Antonio Morán en 1923, junto a la ampliación del centro de Comodoro sobre el mar inciden en el trazado de una trocha económica (de 75 cm) para añadir un ramal que conectara la capital petrolera con Punta Piedras, donde se ubicaba la cantera con la que se abasteció a la ciudad de los materiales para las obras.

Sin embargo, las necesidades de la época marcaron que a esta línea inicialmente trazada para el transporte de piedra, se anexaran vagones para pasajeros, y la “chanchita” a Punta Piedras rebozaba en temporadas estivales por su cercanía a las playas de Rada Tilly, con lo que este ramal fue uno de los únicos que funcionó con finalidades turísticas en la zona.

Fue concretamente el 31 de diciembre de 1952 cuando la línea Comodoro – Punta Piedras estrenó coches autovías en su servicio de pasajeros, llamadas popularmente “chanchitas” en alusión a su forma y particular incomodidad. El ramal, único en la zona sur comodorense, nacía en el puerto y atravesaba la ciudad junto al mar por la primera sección de tierra ganada, y seguía la costa natural la mayor parte del trayecto. Con un apeadero en frente la Escuela Presidente Juan Domingo Perón, su recorrido pasaba por la playa del 99 antes de ingresar a la terminal de Punta Piedras, ubicada tierra adentro y cerca de un gran zanjón que impidió que el convoy llegara más cerca de Rada Tilly.

Esta última estación era un apeadero ferroviario sobre el que las recopilaciones históricas indican que permitía el acceso de los viajeros a los trenes aunque no se vendían pasajes ni contaba con una edificación que cumpliera las funciones de estación propiamente dicha. Los registros cuestionan también que el servicio era insuficiente por espacio o frecuencia en su hora pico.

El accidente de 1953 fue un trágico antecedente para el cierre definitivo del ramal, en 1958 y los restos del coche se confinaron a los talleres de la estación Presidente Ortíz, que pasaron a ser propiedad municipal con el cierre definitivo del Ferrocarril. En 1995, los restos del único ramal que surcó la zona sur comodorense fueron vendidos como chatarra. 

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