A partir del recurso ordinario que presentó la defensora pública, María Cristina Sadino, quien asistió a Gustavo Martínez, la Cámara Penal de Comodoro Rivadavia, cuya integración se completó con Daniel Pintos, Alejandro Defranco y Roberto Barrios, hizo lugar parcialmente al cuestionamiento del fallo del juicio de cesura y esta semana se conoció la parte resolutiva. La misma determina que se le redujo la cantidad de años que pasará en prisión el condenado, quien ya lleva cumplidos 4 años y 8 meses en la cárcel.
De los 13 años que le dictaron el 25 de noviembre del año pasado en Sarmiento, durante el segundo juicio de cesura que ordenó realizar el Superior Tribunal de Justicia del Chubut, la Cámara readecuó ese monto y lo clausuró en once años.
En su exposición, la defensora pública se refirió a los agravios de la sentencia y cuestionó la doble valoración de los agravantes, como el de la planificación del delito, que ya lo había ubicado como coautor. También los jueces del tribunal de alzada, al momento de cuantificar la pena, tuvieron en cuenta la juventud del condenado, la falta de antecedentes y su escasa educación.
En primera instancia, el tribunal que se integró con Mariano Nicosia, Jorge Odorisio y Gladys Olavarría, había condenado a Martínez por tentativa de robo a cuatro años de prisión. Sin embargo, tras una impugnación extraordinaria que presentó la Fiscalía ante el Superior Tribunal de Justicia de Chubut, el alto cuerpo provincial hizo lugar al recurso y ordenó cambió la calificación jurídica a la de coautor de homicidio en ocasión de robo y ordenó hacer un nuevo juicio de cesura, que fue el que se realizó el año pasado en Sarmiento.
HOMICIDIO EN OCASION DE ROBO
Durante la tarde del 5 de agosto de 2014, Lucas Avila Maya y Gustavo Martínez, ambos oriundos de Mendoza, ingresaron armados por la parte trasera de la vivienda de la familia Blanco en el barrio Roca, en Comodoro Rivadavia. Intimidaron a sus moradores y les exigieron la entrega de dinero.
Según la reconstrucción que desarrolló la Fiscalía, la dueña de casa comenzó a gritar, lo que generó que su marido, Angel Blanco, que estaba en la planta alta se despertara. Este tomó un arma de fuego que guardaba y se dirigió hacia la planta baja.
Al observar que su esposa y su hijo estaban siendo intimidados por los agresores, el empresario metalúrgico les gritó. Entonces Martínez y Avila Maya dispararon al menos en cinco oportunidades en dirección a las víctimas. Blanco respondió al menos en una oportunidad. Los disparos de los asaltantes impactaron en el dueño de casa y en su esposa, pero quien resultó herido de gravedad fue su hijo Santiago, quien recibió un tiro en su abdomen y falleció horas después.
En el intercambio de disparos Martínez fue alcanzado por un proyectil que impactó en su abdomen, aunque logró huir a bordo de un vehículo. Luego fue abandonado por su cómplice en un centro asistencial y derivado al Hospital Regional, donde permaneció internado en carácter de detenido.
Lucas Avila Maya huyó hacia Mendoza y fue detenido en San Rafael junto a Mariela Martínez, quien también fue imputada y terminó absuelta en el juicio. La Fiscalía la había imputado por su participación como conductora del vehículo en la que los asaltantes llegaron hasta la casa de la familia Blanco.