Desde ese lugar y conforme a una tarea de prevención planificada para combatir el abigeato que recrudece durante las fiestas de fin de año, personal policial de la División Operaciones Rurales detectó las luces de un vehículo que se desplazaba de manera sospechosa por un camino interno del mencionado establecimiento rural.
Lo siguieron por casi 1 kilómetro y al alcanzarlo constataron que se trataba de una camioneta Chevrolet Silverado de color gris y de simple cabina.
El conductor hizo caso omiso a la orden de detenerse mediante el accionar de la sirena del móvil patrullero policial, emprendiendo la huida, incluso campo traviesa.
En la persecución, los policías rurales visualizaron que un sujeto que viajaba como acompañante, saltó y corrió por el campo, perdiéndoselo de vista en la noche cerrada ya que eran aproximadamente la una de la madrugada
Luego, la Chevrolet tuvo forzosamente que detener su marcha ya que había reventado una cubierta trasera y su conductor fue inmediatamente aprehendido.
Al revisar la caja, se contabilizaron veinte corderos, quince de ellos vivos y maneados con alambre y los restantes cinco muertos. En todos los casos luego de una minuciosa inspección, se supo que todos eran orejanos (sin señales).
Además, en la caja también había tres perros negros con vivos blancos de mediano porte, que son los que se adiestran para arriar al ganado ovino e incluso se incautaron varios cuchillos y el teléfono celular del conductor.
Se supo que tiene 51 años, se apellidaría Vidal y que tiene residencia en Río Gallegos, quedando alojado en la Comisaría Primera y a disposición del Juzgado de Instrucción Penal N° 1 de la capital provincial, en tanto que la camioneta fue trasladada hasta el patio de la Comisaría Séptima.