Natalia Oreiro: "Estoy convencida de que podés cambiar de idea todo el tiempo"

En una reciente entrevista, Natalia Oreiro reflexionó sobre su carrera, la maternidad y la importancia de la transformación personal a lo largo de la vida.

Si se parara en una esquina con fotos de actrices, es seguro que todos reconocerían a Natalia Oreiro. Este experimento podría llevarse a cabo en cualquier lugar, desde Palermo hasta la Plaza Roja de Moscú. Su carrera abarca desde Gilda y Muñeca Brava hasta Evita y Kachorra, y su constante metamorfosis la ha llevado a convertirse en conductora de talent shows y en conmovedoras madres en producciones como "Infancia Clandestina" y "Wakolda". Su estilo y carisma la han convertido en una figura querida por todos.

En su última película de Netflix, "Campamento con mamá", Natalia interpreta a Patri, una madre que se involucra en la vida de su hijo preadolescente. La comedia se presenta como un atajo perfecto para el autoconocimiento. "Hacer una película familiar como 'Campamento con mamá' fue, de hecho, una búsqueda", comenta. "El protagonista, Milo, tiene la misma edad que mi hijo, lo que hace que Patri sea como un alter ego mío".

Natalia comparte la experiencia de trabajar con niños y jóvenes, afirmando que "tienen una sinceridad absoluta para actuar". La química entre los pequeños actores se tradujo en risas constantes durante el rodaje. "La pasamos muy bien; trabajar con jóvenes es estar matándote de risa todo el tiempo", dice, riendo.

Desde pequeña, Natalia supo que quería actuar. "Es una bendición tener una vocación desde niño", reflexiona. Aunque sigue buscando su lugar, "Campamento con mamá" representa un nuevo desafío, ya que nunca había interpretado a una madre de un adolescente. "Me gustaría que el público vea en mi actuación ese costado luminoso y vulnerable", agrega.

En la conversación, hace referencia a su admiración por Julie Andrews y menciona que "Mary Poppins" fue una película inspiradora para ella. "Siempre tuve un espectro muy amplio de gustos; me gustaba mucho la música", comenta con nostalgia.

Natalia revela que su madre también era cantante y que para su cumpleaños número setenta, le produjo un disco en secreto. "Mi mamá siempre cantó, pero nunca estudió. Fue su sueño, y ahora me pide que lo suba a Spotify", dice con una sonrisa.

Sobre la construcción del camino propio, Natalia comparte que "en la película hay un viaje de autoconocimiento tanto para la madre como para el hijo". Siente que muchas veces los patrones familiares heredados pueden condicionarnos, pero también reconoce que aprende más de su hijo, Ata, que de lo que él puede aprender de ella.

En una sociedad marcada por el edadismo, su personaje, Patri, se permite cambiar y evolucionar. "No creo que haya un momento específico en la vida para hacer las cosas; tu momento es cuando estás preparada", afirma con convicción. "Estoy convencida de que podés cambiar de idea todo el tiempo. Envejecemos solo cuando nos detenemos".

Natalia Oreiro continúa siendo una fuente de inspiración, recordándonos que el crecimiento personal es un proceso continuo y que siempre estamos a tiempo para dar un volantazo en nuestra vida.

Fuente:

Notas Relacionadas

Dejá tu comentario

Las Más Leídas del Patagónico