El hecho ocurrió en una vivienda donde, según publicaciones en redes sociales, se organizaban habitualmente fiestas sin autorización, con cobro de entradas y venta de bebidas. En esta oportunidad, la celebración terminó en una pelea entre varios adolescentes que derivó en una balacera. En medio del caos, Melody fue alcanzada por un proyectil y murió casi en el acto.
Testigos relataron que la situación se descontroló en cuestión de minutos, con corridas, gritos y escenas de desesperación. Vecinos del barrio señalaron que las fiestas en ese lugar son frecuentes y que no cuentan con ningún tipo de control o resguardo para las y los jóvenes que asisten.
La investigación está a cargo de la Comisaría Séptima de Quilmes y de la UFI de turno, que trabaja para identificar al responsable del disparo. Varios adolescentes fueron demorados y se analizan cámaras de seguridad y publicaciones en redes sociales para reconstruir lo sucedido.
La familia de Melody inició una colecta solidaria a través de redes sociales para poder cubrir los gastos del sepelio, mientras la comunidad exige justicia y más medidas de prevención.
El caso reabre el debate sobre la vulnerabilidad de niñas y adolescentes en contextos de desprotección, donde la falta de control estatal y la violencia machista se cruzan con la ausencia de espacios seguros de contención y recreación.
Desde organizaciones feministas de Quilmes se pidió que el crimen sea investigado con perspectiva de género, advirtiendo que las adolescentes de sectores populares son las más expuestas a situaciones de riesgo, desamparo y violencia en entornos donde el Estado no llega.
“Melody no debería haber muerto. Tenía 14 años y estaba en un espacio que nunca fue seguro. Necesitamos políticas que cuiden a nuestras pibas, no que las abandonen”, expresó una militante del colectivo local “Ni Una Menos Quilmes”.
La investigación continúa mientras la familia y los vecinos reclaman justicia y mayor presencia estatal para prevenir que tragedias como esta vuelvan a repetirse.