Después de siete años buscan reactivar la causa del homicidio del petrolero Luis Díaz

Después de siete años del homicidio del padre de sus tres hijos, Roxana aún no tiene una respuesta de la Justicia. Termina 2016 se va y el crimen de Luis Leonardo Díaz, ocurrido el domingo 5 de abril de 2009, continúa impune. Hasta el momento a la familia no le han notificado que se haya archivado la causa. Buscan reactivarla porque creen que hay líneas de investigación que no se han agotado. El último pedido fue una exhumación de cadáver, pero la Fiscalía lo rechazó. Buscaban confirmar la hipótesis del golpe en la cabeza con un elemento contundente.
A más de siete años de ocurrido, el crimen de Luis Leonardo Díaz (39) -un trabajador petrolero y padre de tres hijos-, todavía continúa impune. La policía en su momento, a partir de un testimonio, abonó la posibilidad de que lo habrían atropellado en el lugar donde lo encontraron en la mañana del 5 de abril de 2009. Fue en 13 de Diciembre y pasaje Domingo Savio del barrio Pietrobelli.
La causa se inició con el cadáver como N.N. hasta que Roxana la madre de sus hijos, lo reconoció. Fue caratulada en su principio como homicidio dudoso, pero para la familia está claro que a Luis lo mataron a golpes después de salir de un boliche de Rivadavia al 1400 camino hacia el barrio Pietrobelli.
Es que el forense le comentó a Roxana que el cuerpo de Luis "habla" y los signos de violencia que tiene en la cabeza demuestran que lo golpearon con un elemento contundente. Tal fue la magnitud del golpe que le sacó prácticamente uno de los ojos. Creen que pudo haber sido un golpe con un hierro.
Roxana fue pareja de Luis desde muy temprana edad. Se encontraban separados al momento de su muerte, pero bajo una excelente relación. Le confiesa a Letra Roja siete años después del homicidio, que aún no le han informado sobre que se haya archivado la causa ni sobre nuevos avances.
La impunidad está latente y sus hijos crecen con esa idea de justicia ausente. No conocer la verdad y quién le arrebató la vida a Luis es un karma. Por esa razón sus familiares buscan reactivar la causa de más de 200 fojas, porque creen que se han dejado varias vetas en el camino.
SIN INFORMES DEL TELEFONO
Uno de esos mecanismos de investigación que no se agotó, para los familiares es el análisis de las llamadas, mensajes entrantes y salientes y ubicación del teléfono de Luis, que no fue hallado en el lugar donde apareció el cuerpo. Todo indica que fue robado al momento del crimen.
"Ese domingo como no contestaba, llamamos, y llamamos porque era una persona que nunca dejaba de contestar el teléfono", cuenta Roxana. "No contestó el domingo a la madrugada, al mediodía no contestó. Pero según después me contó la fiscal (Stella Maris) Prada, dos sobrinas le preguntaron cómo estaba por teléfono y él en uno de los mensajes contesta: 'Estoy planchando' para nosotros era que estaba muerto. Y el teléfono no estaba apagado, estaba prendido (después del homicidio)", relaciona Roxana. En la causa no figura que se haya pedido una intervención telefónica.
"En la causa no hay informe de los movimientos del teléfono", revela uno de los familiares de Díaz que tuvo acceso a la misma. El pedido de la causa para visarla por parte de la familia es uno de los últimos trámites que tiene el legajo. Eso fue lo que informaron desde la Fiscalía cuando se consultó de las avances de la misma.
Para el análisis de la causa, la familia también está consultando por su cuenta distintos puntos de vista para poder continuar con la investigación. Quieren obtener respuestas, quieren saber quién es el asesino y para ello necesitan que la Fiscalía vuelva a investigar.
Para Roxana, el cuerpo no tenía signos de un accidente vial tal como abonaba la policía a través de un testigo que había visto cómo un automóvil atropellaba a una persona. Esa persona relató que entre las 5:30 y 5:45 del 5 de abril escuchó un ruido sobre 13 de Diciembre y que cuando se asomó a una ventana de su casa, vio escapar un auto.
El joven le contó a la Policía que observó que un Fiat Duna Weekend se marchaba y que quedó un bulto en el suelo, pero reconoce que por la oscuridad de esa hora no se percató que se tratara de una persona. Pensó que había sido un choque entre dos vehículos y que había quedado una autoparte tirada.
La Brigada de Investigaciones, en ese tiempo a cargo de Leonardo Bustos, logró interceptar sobre San Martín y Mitre, en el centro de Comodoro Rivadavia, un Fiat Duna Weekend, bajo la sospecha de que estaría involucrado en la muerte. Se secuestró un Duna de color gris que fue sometido a peritajes con Luminol –detector de rastros de sangre- pero que no arrojó resultados positivos.
Ese día la persona que conducía el automóvil quedó demorada en la comisaría. El vehículo, cuenta la familia de la víctima, fue retirado finalmente por el dueño, que no era según los papeles el que lo conducía. Lo que también les llama la atención a la familia de la víctima es una exposición policial de un choque del vehículo sospechoso que tiene errores llamativos en el peritaje.
Creen que la hipótesis de que a Luis lo atropellaron solo ensució la investigación y la demoró. Porque su cuerpo no presentaba fracturas, ni contusiones en las piernas, es decir lesiones que hayan sido signo de que lo atropellaran. Eso fue lo primero que le llamó la atención a la familia.
A las 4:50 del domingo 5 de abril en un video de una cámara de seguridad se lo ve lucido salir caminando por la avenida Rivadavia hacia Alvear. De ahí en más se pierde su rastro. "Puede ser que él haya pasado por ahí, le hayan querido robar, en ese lugar había un vip (13 de Diciembre casi Sarmiento) era todo ilegal ahí".
Para la familia nunca se buscó de manera exhaustiva en el lugar rastros de donde podría haber sido asesinado Luis, ya que el poco acumulamiento de sangre en el suelo donde fue hallado, da un indicio de que en ese lugar no se produjo su desangramiento.

SIGNOS DE PELEA EN LAS MANOS
El médico forense le confesó a Roxana que Luis presentaba escoriaciones en las manos como signos de pelea. "No había sangre suficiente como para haber muerto ahí. Como estaba él, que le faltaba el ojo derecho, debería haber sangrado mucho. Y no había rastros de sangre", grafica la madre de sus hijos.
Las rasgaduras que tenía en el pantalón para la familia son de pelea, pero no de haber sido atropellado. La campera también estaba rasgada. "Que él se iba a defender, se iba a defender. Si le pegaban no se iba a quedar tranquilo", presume.
Roxana conoció desde muy joven a Luis y consolidaron una relación tan fuerte que después de separados seguían visitándose, dialogando y hasta vacacionando juntos. Roxana sabe bien que Luis era un petrolero dedicado a su trabajo y a los hijos. Cuenta que no le gustaba salir y que ella misma le debió insistir para que saliera a divertirse. Y por eso se siente mal, porque la noche del homicidio ella le volvió a insistir para que saliera, para que fin de semana siguiente disfrutara con los chicos en un pequeño viaje que iban a tener.
Para Roxana no se investigó bien un testimonio clave en la causa. Un joven dijo que a las 5:50 esperaba un remís que llegaba a buscarlo, y que se asomó a la ventana porque escuchó un ruido a frenada. "Frena de golpe que tira un bulto y se va. Ese testigo es clave", sostiene Roxana.
La mujer siempre que fue a la Fiscalía lo hizo sola, y se cansó de pedir informes con respecto a los avances de la causa. Mientras insistía con que hallaran a los culpables, un día recibió un llamado telefónico de un número anónimo.
Una vez de un hombre, desconocida para ella, le dijo que sus hijos estaban saliendo del jardín. Llegó corriendo a la escuela de sus niños y efectivamente sus hijos salían temprano ese día. Los abrazó fuerte y se preguntó si estaba haciendo bien en buscar justicia.
Prefirió resguardar a sus hijos que eran muy pequeños temiendo que a alguien le incomodara su lucha y les hiciese algo malo. Demasiado sufrió con la quema de la vivienda y hasta con reiterados robos que vivió en su casa. Al otro día del llamado anónimo, fue hasta la Fiscalía y le dijo a la fiscal Stela Maris Prada, hoy jubilada, que la Justicia venga del cielo.
Había pedido la exhumación del cadáver de Luis para que se compruebe de manera fehaciente que lo habían matado de un golpe en la cabeza. "Yo fui a la policía, ellos decían que fue un accidente de tránsito, porque como estaba la ropa, como estaban las zapatillas, me hacía mucho ruido, fui al médico forense, y él me dijo que cuando un cuerpo está muerto, habla, 'la Policía puede decir mil cosas, pero un cuerpo habla, la persona fue muerta por algo contundente en el cráneo, en la sien'".
Lo que informaron desde la Fiscalía ante la consulta de Letra Roja es que la causa no ha sido archivada, y tiene un sospechoso que no ha sido todavía imputado y tampoco se le ha formalizado ninguna investigación en su contra.
La misma recayó en la sección de autores ignorados a cargo del fiscal Adrián Cabral.

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