El aumento de casos tendría que ver con el relajamiento

Si bien a esta altura del mes pasado había 10 casos más en el Area Programática Comodoro Rivadavia, la cifra récord reportada el sábado preocupa a las autoridades sanitarias que la vinculan con la falta de cuidados que va adoptando la ciudadanía.

Fueron 19 los casos de Coronavirus informados por el Ministerio de Salud de Chubut en la ciudad de Comodoro el sábado. Es una cifra alta, record desde que comenzó la pandemia. Además, 15 de esos casos no presentan nexos; es decir que se desconoce su fuente de contagio. La circulación comunitaria es un hecho, aunque sea en conglomerado.

A este dato preocupante hay que agregar que en los primeros ocho días de agosto ya suman 44 los positivos en Comodoro, que si se suman al de Rada Tilly –también sin nexo-; al militar de Río Mayo y a los tres de Sarmiento –uno por venir a esta ciudad y los otros aún por determinar cómo contrajeron el virus- elevan el número a 49 en lo que va del mes.

Es un promedio de más de 6 por día que sin embargo es menor al que había a esta altura durante el mes de julio, cuando eran 59 los casos en el área programática, todos ellos en Comodoro. En cambio, en los tres primeros meses de pandemia –abril, mayo, junio- no se habían reportado casos.

Mientras se aguarda con cautela las cifras de los próximos días, las autoridades ya comienzan a ver con preocupación que lo que ocurre aquí no difiere de lo que sucede en otros centros urbanos importantes del país: relajamiento en general y laxos controles por parte de las autoridades.

Las reuniones nocturnas en viviendas particulares –que varían en discreción según el sector urbano- y hasta lugares que no encienden las luces del frente ni amplifican parlantes, pero adentro se desplazan de mesa en mesa como ya adelantados de una “nueva normalidad” que aún no fue consensuada, deben hacer su parte en este crecimiento exponencial de la población al riesgo de contraer el virus.

A eso se debe el tránsito vehicular de madrugada sea cada vez más evidente –sobre todo en fines de semana-, más allá de que a la luz del día las calles y avenidas comerciales hayan retomado prácticamente el ritmo previo al 20 de marzo.

Basta pararse en cualquier esquina céntrica y comprobar que hay muchos que no deberían estar donde están en estas horas cruciales para la salud. Es cierto que el cubre boca-nariz ya es parte del vestuario, pero el distanciamiento continúa siendo una materia que la mayoría no aprueba.

Los controles disuasorios son cada vez menos visibles y a esta altura la mayor responsabilidad parecen asumirla los comerciantes que se preocupan de que en sus locales no haya aglomeraciones. De allí que ver algunas filas de gente en determinadas veredas sea de los contados detalles que permiten confirmar que hay una pandemia que preocupa al mundo, pero de la que en Comodoro y alrededores parece muy pocos toman nota.

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