El Colegio de Ingenieros de Minas plantea que la minería sustentable es una alternativa posible

El Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CAIM) emitió un documento dirigido a científicos e investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en el que argumentan que "la minería sustentable es posible". El documento es una respuesta a la declaración firmada por un grupo de profesionales del CONICET, que afirmaba lo contrario.

“Como representantes de más de 600 ingenieros de Minas, algunos de ellos científicos expertos en materias particulares de nuestra especialidad, que desarrollamos nuestra actividad laboral en el país, incluso algunos haciéndolo en el exterior ocupando cargos de primer nivel en compañías internacionales, y responsables de una institución que está próxima a cumplir 65 años en defensa de la actividad minera industrial y del ejercicio profesional, deseamos realizar algunas aclaraciones ante afirmaciones falaces que aparecen en dicho comunicado”, señala la respuesta del Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CADIM) como respuesta al documento firmado por investigadores del CONICET, quienes plantearon la imposibilidad de desarrollar una minería sustentable en el país.

La respuesta comprende como punto inicial que según lo señalado por los miembros del CONICET “el eje del conflicto gira en torno a un tipo de explotación minera en particular: la megaminería”. En respuesta, el CADIM señala que se utiliza un “lenguaje equivocado: En primer lugar, debemos aclarar que el término ‘megaminería’, técnicamente hablando, no existe. Las explotaciones mineras, en función de su magnitud o su desarrollo, se dividen en pequeña, mediana y gran minería”.

También se refuta la siguiente afirmación formulada desde el CONICET: “a diferencia de la minería tradicional, esta se encuentra prohibida o muy restringida en muchos lugares del mundo por sus ya comprobados irreversibles efectos socio- ambientales debidos, entre otros motivos, al uso de químicos tóxicos como el cianuro”.

Como respuesta el CADIM expresa: muy pocos lugares en el mundo prohíben la explotación minera a cielo abierto, actividad que se desarrolla en países como Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Canadá, China, Chile, Alemania, Inglaterra, Finlandia, Suecia, por citar algunos de los que están a la vanguardia en materia de actividad minera. En Argentina, siete provincias prohíben este tipo de minería, sin que se haya demostrado uno sólo de los efectos perniciosos que sostienen en este punto. Además es una actividad constitucionalmente lícita, que produce insumos indispensables para el desarrollo de otras actividades industriales como impulsa el artículo 14 de nuestra Constitución Nacional.

Respecto a la afirmación del CONICET: “quienes adherimos a este comunicado queremos expresar una fuerte preocupación por las consecuencias que la megaminería tiene sobre nuestra salud y nuestros territorios. Y nos vemos compelidas/os a hacer de público conocimiento algunas cuestiones técnicas insoslayables, desde una mirada interdisciplinaria…”, el documento del CADIM expresa:

“La Salud de las personas ha mejorado notablemente, miles de familias de compatriotas accedieron a los mejores ingresos que puede tener un trabajador en nuestro país, se dinamizó el comercio generando otros empleos, empezaron a tributar en municipios donde antes concurrían tras limosnas para durar, accedieron a poder viajar con su familia y otros esparcimientos que tenían vedados por la pobreza, tienen excelentes coberturas de obra social; hospitales y centros asistenciales se han modernizado con la llegada de la Industria Minera, cumpliendo para ello con el mandato del artículo 42 de nuestra Carta Magna. Un indicador de mejora en la calidad de vida es el análisis de la mortalidad infantil. En la provincia de San Juan en el período 2003 - 2016, se destaca una caída del 58,67% contra el 41,21% para el país.

Las “cuestiones técnicas… desde una mirada interdisciplinaria” –añade la réplica- como pretenden engañosamente hacer creer, no cuentan entre los adherentes al comunicado, con profesionales expertos en minería, geología o beneficio de minerales; disciplinas esenciales para entender y poder opinar con disciplina científica y autoridad”.

Al rechazar otro de los argumentos del grupo del CONICET, que refiere al alto impacto social negativo provocado por la megaminería iniciada en los años 90, el CADIM señala: “siempre hubo minería junto al hombre. No por casualidad las principales épocas de la historia del hombre se las conoce con nombres de minerales (Edad de Piedra, del Cobre, del Bronce, del Hierro) Coincidimos en un alto impacto social, pero absolutamente positivo, ya que se generan empleos directos en cada emprendimiento y empleos indirectos, de diversas especialidades, con distintas requerimientos de saberes y habilidades”.

Y añade: “ambas categorías, directos e indirectos pertenecen a empleos en blanco, es decir, salarios de ley, con obra social, aportes jubilatorios, cobertura de riesgos de trabajo, y fundamentalmente cada trabajador o trabajadora siendo el principal sustento de su familia para colmar sus necesidades. Todo esto forma parte de una sola realidad: “La actividad creció un 3311% desde el 2002 al 2011. Eso significó el final la postergación de pueblos sumidos históricamente en la pobreza, provincias que dejaron de mendigar permanentemente el auxilio presupuestario nacional, el fin de emigraciones en busca de trabajo y el resquebrajamiento del lazo familiar. Siguen sin responder por qué las técnicas que se utilizan para la obtención de metales valiosos en la minería Argentina, y que denostan, es la misma que usan en Suecia, Finlandia, Bélgica, Canadá, EEUU, Australia o Nueva Zelanda; los países de mejor desarrollo humano del Planeta Tierra, tanto desde el punto de vista económico como ambiental”.

LEY DE GLACIARES

El CADIM también cita otro argumento crítico en forma textual, para luego refutarlo. Desde el CONICET se dijo: “En 2010 fue sancionada la Ley Nacional de Glaciares (26.639) que prohíbe las actividades contaminantes en glaciares y zonas de periglaciar. La ley define a los glaciares como reservas estratégicas de recursos hídricos para el consumo humano, para la agricultura y como proveedores de agua para la recarga de cuencas hidrográficas y para la protección de la biodiversidad. … Sin embargo, esta ley no se terminó de aplicar, pues de haber sido así, no se habrían producido los cuatro derrames de cianuro de la mina Veladero en San Juan que contaminaron 5 ríos (este emprendimiento minero se encuentra dentro del ambiente periglaciar”.

La réplica afirma: “dos cuestiones, dos engaños. El Primero. Los glaciares de roca o de escombros no tienen significancia hídrica. Los reconocidos científicos Pablo Wainstein (Chile) y Matthias Jakob (Alemania), disertaron sobre glaciares y ambiente periglaciar en varias provincias Argentinas, e incluso ante las Comisiones de Minería, de las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación. Brindaron información científica, esclarecedora sobre permafrost. Explicaron que en la actualidad se conoce perfectamente lo insignificante del aporte de los glaciares de escombros a las cuencas hídricas.

La actividad minera estudia previamente al desarrollo de una mina, en función de las infraestructuras necesarias y el plan de minado; las características de la cuenca: escorrentías superficiales y subterráneas, si existen o no glaciares de escombro (no puede hacerse minería en suelo glaciar). Luego con información científica, se analiza cuánta agua necesita para su desarrollo y compara aguas abajo la proporción frente a otros usos como el consumo humano, la agricultura y otras industrias, (Evaluación de Impacto Ambiental, ley 24.585)”.

También desmiente que se hayan contaminado cinco ríos. “Respecto al segundo engaño: La falaz aseveración sobre la contaminación de 5 ríos tras el derrame de cianuro en la Veladero. Quedó demostrado, a través del informe de Naciones Unidas que no existió contaminación alguna, ni afectación de flora ni fauna en toda la cuenca del río Jáchal. Fue un solo accidente en septiembre de 2015, ya que otros dos incidentes fueron pérdidas de solución dentro del propio valle de lixiviación donde a diario se realiza el proceso de obtención de oro y plata y que no afectaron ninguna fuente de agua dulce, pues fueron controlados dentro del área de trabajo”.

Sobre el uso del cianuro, añade el documento en otra de sus réplicas, que este tiene la ventaja “de ser un compuesto constituido por carbono y nitrógeno, dos elementos comunes en la naturaleza (el nitrógeno es el principal ponente del aire que respiramos), que se descompone rápidamente con la luz solar, se combina con otros elementos formando compuestos estables, no tóxico y que en el caso de la Industria minera luego de su uso, el que no se puede recuperar es degradado con cloro (lavandina) sin ningún tipo de riesgos para la salud de los trabajadores ni para el medio ambiente. En el mundo se usa industrialmente en minería del desde 1890 y en nuestro país desde 1907, sin que pueda señalarse desde entonces un solo resfrío dado su uso.

USO DE AGUA

El Colegio de Ingenieros en Minas también desmiente la afirmación de que se requiere grandes cantidades de agua para la minería, en zonas donde ésta es escasa. Para el CADIM, la reiteración de eslóganes “refleja el desconocimiento científico de los autores del documento: la Mina Veladero, Gualcamayo y Gran Minería de Pascua Lama y el Pachón emplearían, entre todas, el 0,71% del agua usada para la producción agrícola en San Juan. Durante el desarrollo de Mina Alumbrera en Catamarca se agregaron más de 1.500 hectáreas a la producción agrícola Santa María, Belén y Andalgalá. El proyecto Navidad en Chubut emplearía menos del 1,5% de los 7.650 litros por segundo que tiene como recarga anual la Cuenca de Sacanana, y que hoy se desperdician absolutamente”.

DAÑOS A LA SALUD

Otro de los puntos que el Colegio refuta es sobre posibles efectos en la salud y el ambiente a largo plazo, asegurando: “la ciencia desmiente que los reactivos usados por la Industria minera produzcan cáncer de pulmón, enfermedades renales, de la sangre, piel y en el sistema musculoesquelético, entre las distintas patologías analizadas. Así lo determinó importante trabajo realizado bajo pautas científicas por la FUNCEI, instituto dirigido por el Dr. Daniel Stamboulian que culminara con un informe sobre ‘Evaluación del Estado Sanitario en Zonas de Actividad Minera en Catamarca’. Este fue suscripto entre otros profesionale intervinientes, por el Dr. Diego Fridman. M.N. 99.659 (Docente de Geología Médica, Impactos Mineros y Ambientales. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA”.

IMPACTO ECONOMICO

En otro punto de debate, sobre la dependencia económica que se genera sobre una sola actividad o de una sola empresa, el documento del CADIM asegura que tal aseveración es falsa.

“Tanto la Universidad Tecnológica Nacional y más reciente la Secretaría de Minería de la Nación en conjunto con la Provincia de San Juan midieron el impacto económico y social producido en toda la provincia.

Adelantamos aquí las conclusiones de este último trabajo en que empleos, recaudaciones, Índice de Desarrollo Humano (San Juan escaló cuatro puestos en el IDH entre las provincias argentinas), PBG frente al PBI nacional, conectividad a servicios esenciales de agua, luz y cloacas, disminución de la mortalidad infantil (9,7 por mil en 2016), tasas de empleo, inversiones; resultaron altamente positivas para la provincia. Para observar el impacto de la minería mediante variables macroeconómicas medibles y disponibles con el nivel desagregación necesario, el trabajo recurrió a la matriz insumo producto nacional e información de las empresas operadoras en cuanto a inversiones.

En compras y salarios, se midieron tres efectos indirectos derivados de la actividad minera: la demanda intermedia, el consumo y la versión. El peso de la actividad para el año 2015, mediante el análisis de dichos efectos se incrementa desde un 7,6% a 17,6%, lo que también puede entenderse como un multiplicador de 2,31, es decir que por cada dólar que genera la actividad minera, se genera un total 2,31 en la economía sanjuanina. Este efecto multiplicador de 1,31 se distribuye en 0,56 de demanda intermedia, 0,34 de inversión y 0,41 de consumo”, concluye.

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