Los periodistas Marcelo Longobardi y Jonatan Viale protagonizaron este martes un tenso cruce al aire de Radio Rivadavia luego de que el primero de ellos, visiblemente enojado, le reprochara (aunque sin decírselo directamente pero lo suficientemente claro como para que no quedaran dudas) la naturalización de los permanentes ataques del gobierno libertario al periodismo.
El detonante fue el acto de presentación de la agrupación libertaria Las Fuerzas del Cielo en la que Longobardi fue blanco, una vez más, de exabruptos. Viale había entrevistado en la víspera a Agustín Romo, presidente del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura bonaerense, y al que el conductor de Pan y Circo nada le preguntó sobre los ataques a la prensa.
Luego de que Viale propusiera hablar del primer aniversario de la victoria de Milei en el balotaje contra Sergio Massa, Longobardi aseguró que no le interesaba el tema y se preguntó “por qué la gente no habla” de los constantes ataques del presidente Milei hacia los periodistas y medios de comunicación.
“El insulto era el modo que tenía (Néstor) Kirchner de manejarse con la gente; primero te insultaba. Yo fui muy insultado por Kirchner, primero por Néstor y después por Cristina y todos sus secuaces”, recordó y acusó: “Ahora resulta que soy insultado por esta gente. Nunca trabajé en un medio que no diga una palabra sobre el tema: ni mis compañeros, ni el medio en el que trabajo”, disparó Longobardi en obvia alusión al silencio de Viale y su más que condescendiente entrevista a Romo.
“Eso me resulta inaceptable. Yo no estoy dispuesto a que me insulten todos los días, no lo pienso naturalizar”, siguió mientras Viale intentaba, entre balbuceos, cambiar el foco de la charla.
“Está bien. A mí no me gusta, ya sabés lo que opino”, le respondió su interlocutor. “No, no sé lo que opinás”, retrucó Longobardi, a lo que Viale explicó: “A mí no me gusta el insulto a los periodistas, está mal. Pero bueno, es algo que hace el Gobierno. Por más que lo digamos... No hay que engancharse más porque le damos legitimidad al tema”.
“¿Cómo no te vas a enganchar con esta perorata cotidiana de carácter violento? Yo no lo pienso naturalizar, ni de casualidad. Esto va a terminar mal. No tengo muchas ganas de hacer chistes”, insistió Longobardi antes de desconectar su computadora y cortar la comunicación.