Irma Pérez, 50 años imbatible

En abril de 1971, Comodoro Rivadavia marcaba la estirpe de los atletas con los que contaba, cuando la estudiante de Educación Física establecía un récord provincial en lanzamiento de bala de 12,46 metros. Medio centenar más tarde, todavía nadie puede superar esa marca.

El patio del Colegio Perito Moreno fue el primer escenario. La estudiante Irma Pérez se sentía atraída por la carrera de vallas y salto en largo, pero el ojo clínico del profesor Roque Totaro (fallecido hace poco) y Jorge “Griego” Milathianakis la convencieron por inclinarse por los lanzamientos.

Esa vez, el patio trasero del colegio fue testigo de los 7,80 metros que recorrió la bala de 4 kilos de pesos que la joven lanzó. De ahí en más vendrían los intercolegiales y los torneos federados.

Fue en abril de 1971, y bajo la dirección de Alberto Pocoví, que Irma Pérez estableció un récord provincial que nadie superó a 50 años de esa hazaña: un lanzamiento de bala con una marca de 12,46 metros.

A 50 años de ese logro, Irma Pérez sigue siendo imbatible. Y continúa lanzando a sus 73 años con el mismo entusiasmo de esa estudiante del Perito Moreno.

“Por el momento seguimos en la misma situación y sosteniendo el récord. Porque hubo otra atleta que pasó los 12 metros (mi hija Virginia Polli) pero aun le faltan cerca de 32 centímetros. Ella es especialista en jabalina, y su entrenador la motivó a lanzar bala porque es más alta que yo (ojalá hubiera tenido su estatura). Pero todavía tiene que seguir esforzándose para superarme “, sostiene entre risas Irma Pérez, desde Mar del Plata, a El Patagónico.

Mirando en retrospectiva, Irma sostiene que le costó mucho superar los 12 metros con el implemento de 4 kilos de peso. De hecho, tuvo un progreso cuando se fue a estudiar Profesorado de Educación Física a Santa Fe, donde pudo perfeccionarse como atleta con el profesor Carlos Marsó.

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Hoy en día, Irma está radicada con su familia en Mar del Plata y compite representando a los Atletas Master de Comodoro Rivadavia.

“El corazón de uno está en su terruño. Por eso en 2009 empecé a competir representando a la ACAM. En especial por todos los amigos que coseché en el deporte. En una ciudad donde en esos años todo era más difícil por las distancias que teníamos que hacer para competir. Hoy estoy en Mar del Plata, y todos los fines de semanas haya competencia, y vienen atletas de alrededores, entonces hay motivación para entrenar”, recalca.

COMPETIR CONTRA UNO MISMO

En la mirada en general, Irma comenta que es difícil ser lanzador. En especial porque la competencia en contra uno mismo. Entonces la constancia debe ser doble. Como así también la pasión para superarse día a día.

“En la pista es distinto. Siempre lo charlamos con Ana María Campillay (14 veces campeona de lanzamiento de jabalina), que dejó de entrenar chicos por su salud. Justo cuando había logrado un grupo entusiasta. Pero así y todo, si volviera el tiempo atrás volvería a elegir la Educación Física y lanzamiento de bala. Con los mismos docentes que me entusiasmaron tanto en el colegio (Ana Bodelina, Fidel Pérez Moreno) como en el estadio”.

A la vigencia de un récord provincial, Irma la alimenta cada fin de semana cuando compite como lanzadora de los tres implementos (jabalina, bala, martillo).

“Poder continuar (fue operada de un angioma cerebral) ir a un torneo, disfrutar y divertirse. No tiene precio. A veces entreno con la mente de 30 años. Y cuando caigo en la cuenta, el cuerpo no tiene esa edad. Pero nunca hay que perder la pasión. Creo que siempre tuve el reconocimiento de alumnos y del mundo del atletismo. Y esa es una de las satisfacciones más grandes que la vida te da”, sentenció.

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