Es que un día antes, mientras ambos miraban televisión, el niño le dijo que el maestro le había enseñado que dos personas del mismo sexo podían quererse y vivir juntos. Eso le llamó la atención y comenzó a grabar con su teléfono lo que su hijo le estaba contando. El niño relató que el maestro le dibujó en el pizarrón un pene y que luego lo obligó a que lo acariciara.
Ante esta situación, el padre realizó la denuncia en la Comisaría de la Mujer para que tomara intervención la Justicia que al otro día tomó estado público, conociéndose días después una segunda denuncia, pero que luego no fue llevada a juicio.
Por los hechos denunciados se separó de su cargo al docente y también al equipo directivo del establecimiento. Posteriormente, en un allanamiento en la casa del sospechoso se secuestró una computadora con videos pornográficos. A esto se sumaron los antecedentes de Navarro, quien en 2012 fue acusado de tener un "trato inadecuado" con alumnos y en 2004 ya había sido separado de su cargo, aunque inexplicablemente volvió a la actividad en 2008.
Todo esto, más los testimonios y otras pruebas que se tomaron en la causa, fueron decisivos para presentar la acusación formal y avanzar en la causa en la que ayer terminó siendo condenado.