Neuquén es una de las provincias patagónicas con mayor variedad de destinos turísticos. Ofrece un abanico de paisajes y climas, con servicios que durante todo el año brindan al turista la posibilidad de conocerlos mejor. Pero además tiene opciones gastronómicas de las más diversas y para todos los gustos, que varían de acuerdo a los productos y técnicas de cocina propias de cada región, reflejando su cultura y tradición.
El Norte neuquino es un inmenso territorio para descubrir profundos valles, curiosas formaciones, arte rupestre, y la esencia cultural de sus pobladores. En general la comida de esta región posee un alto valor calórico y está fuertemente influenciada por los inmigrantes chilenos, por ello se acostumbra a los panes con grasa, empanadillas, pancutra o bebidas como la chicha o la chupilca.
El Norte Neuquino lo integran las localidades de Chos Malal, Buta Ranquil, Barrancas, Andacollo, Las Ovejas, Varvarco-Invernada Vieja, Manzano Amargo, El Cholar, Taquimilán, Tricao Malal, Huinganco, Villa Nahueve, Los Miches y Guañacos.
La gastronomía de esta región es muy particular, se identifica principalmente con el chivito, el cual fue – en el 2011- el primer alimento a nivel nacional que adquirió el sello de Denominación de Origen, que garantiza una asociación directa de la región con este plato. La cría del animal, a partir de la trashumancia o arreo, resulta una práctica ancestral de muchas familias, heredada de los Pehuenches, antiguos pobladores de la zona.
La tradicional forma de cocinarlo es "al asador", se lo suele adobar con harina, cerveza o ñaco. Este último producto también es típico de la región y su elaboración es una práctica antigua de la trilla, el tostado y la molienda del trigo que realizan las familias en la zona en forma artesanal. También es parte de la tradición neuquina el "chivo al piolín".
El chivo constituye la base de la alimentación de los pobladores, y se puede degustar en los restaurantes de Chos Malal, La Salada, y Andacollo, además de las fiestas populares.
Entre las localidades de Huinganco y Chos Malal se desarrolla un área productiva importante: la frutícola, que permite la elaboración de dulces y mermeladas de muy buena calidad. La miel de Chos Malal también es muy reconocida en la región por sus propiedades.
La región cordillerana o zona turística "Patagonia de los Lagos" ofrece una variada gastronomía típica patagónica que es el resultado del aporte de los pioneros llegados de Europa, que trajeron ciertos platos como la fondue y el strudel, que fueron conjugados con sabores regionales.
Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Villa Traful, desarrollaron gran cantidad de especialidades: dulces (rosa mosqueta y frutas finas), alfajores rellenos con dulces típicos, chocolates artesanales, ahumados (truchas, jabalí, ciervo, quesos, etc.), embutidos (con carne de ciervo y jabalí), paté, cervezas, licores, escabeches, quesos, conservas y miel.
En los restaurantes de estos centros turísticos de montaña, prestigiosos chefs se lucen creando platos en los que se utilizan productos locales: cordero, trucha, ciervo y frutos del bosque, para la elaboración de diversas recetas como: fondue, raclette, arrollado de cordero, curry de cordero, postres con chocolate y frutos del bosque, entre otros.
Las carnes ahumadas en los últimos años adquirieron mucha popularidad. Se acompañan con hongos y salsas agridulces, donde los frutos rojos adquieren gran protagonismo. Aquí la cocina gourmet se combina con la tradicional, adaptándose perfectamente al gusto y expectativas de los visitantes.
Un clásico de la provincia es el piñón, semilla de la araucaria araucana o pehuén, presente en la cocina de la región donde crece el árbol milenario, de Aluminé hasta Caviahue. A él se debe el nombre del corredor conocido como Ruta del Pehuén. Este alimento formaba parte esencial de la dieta de los primeros pobladores del territorio. La variedad de derivados del piñón integran tanto platos salados como dulces: masas elaboradas a partir de harina de piñón resultan en pastas o alfajores, también se preparan salsas, conservas en almíbar y escabeches.
Centenario, Vista Alegre, San Patricio del Chañar y Añelo, regadas por aguas del río Neuquén, se han destacado históricamente como productoras de frutas de carozo y pepita, aunque en los últimos años se han agregado productores de frutas finas, hongos y aromáticas, por lo que existen varios establecimientos que realizan conservas de hongos, dulces artesanales, jugos y otros que producen y fraccionan miel.
Algunos de los establecimientos agroturísticos disponen de restaurante o casa de té y ofrecen tanto repostería como otros productos elaborados artesanalmente. Esta zona de estepa posee un clima y suelo óptimo para el desarrollo vitivinícola.
En las localidades de San Patricio del Chañar y Añelo existen bodegas con viñedos propios que se dedican a la elaboración de vinos finos. La calidad de los vinos ha merecido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. Las variedades que mejor se han adaptado al clima son: Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot, Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Algunas bodegas disponen restaurantes donde se ofrece comida gourmet y regional combinando carnes, verduras y frutas regionales, acompañados de estos excelentes vinos por supuesto.
Variedad de emprendimientos de elaboración de cerveza a pequeña escala se distribuyen a lo largo del territorio provincial; en Villa Pehuenia, Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Caviahue, Aluminé y en el Alto Valle de Neuquén se elaboran artesanalmente variedades como Golden Ale, Stout y Pale Ale, Ipa, Pilsen, Scottish y Kolsh, entre otras. Las características inmejorables del agua que baja de la cordillera aseguran la excelente calidad de la cerveza.