El hombre es habitué del casco céntrico, donde suele vérselo apostado a la salida de las sucursales bancarias, sin ningún pregón más que sus tentadoras canastas a la vista, una buena cantidad de bolsas de papel madera y billetes de cambio, por supuesto.
Con ayudante incluido y tal como lo había hecho en las elecciones de 2013, ayer fue a las puertas de la Escuela 1 decidido a hacer la diferencia y la hizo: había comenzado la jornada a las 8 cuando comenzó
el movimiento electoral y para las 11 ya había vendido la mitad de sus productos.
Según contó a El Patagónico, instalarse en la escuela el día de comicios es norma, esté en el lugar del país en que esté. Ya lo hizo en varias provincias –la suya incluida por supuesto – y esta es la segunda oportunidad de hace la "cobertura" alimenticia en Comodoro Rivadavia, feliz de que estos comicios haya caído en un día 9, con la gente recién cobrada.
"La anterior cayó a fin de mes, y algo vendí pero no me fue tan bien como ahora", dijo sonriente, mientras un par de votantes se acercaban pensando en la picada previa a la sobremesa del domingo.