Esta semana, la fiscal Mónica Cuñarro requirió a la magistrada Laura Bruniard la elevación a juicio de Víctor Hugo Longobucco, vecino de Montserrat, ex mago e ilusionista, hoy terapeuta holístico y especialista en masajes, uno de los presuntos abusadores más insidiosos de la historia reciente.
Longobucco fue procesado a fines de junio con prisión preventiva por supuestamente violar a dos hombres, hechos agravados por la privación ilegítima de la libertad y el uso de la violencia. Sus víctimas, considerablemente más jóvenes que él, se atrevieron a denunciarlo ante la Justicia. Sus testimonios y las pruebas que entregaron fueron claves para la imputación. Así, el masajista fue arrestado en mayo por la Policía de la Ciudad.
De acuerdo a sus relatos, los atraía a su departamento de la calle Montevideo con falsas promesas de trabajo. Luego, los drogaba con psicofármacos y los atacaba sexualmente, según la imputación en su contra. El allanamiento a su casa, a cargo de la reveló una gran cantidad de psicofármacos.
Los hechos ocurrieron en noviembre de 2024 y abril de este año. En el primero de los casos, el masajista le habría propuesto a un joven ser modelo en una campaña de moda. Sin embargo, la madre de la víctima se alertó al ver que su hijo no regresaba y contactó a Longobucco. “Sé que está con vos”, le escribió la mujer, ofuscada. Insólitamente, su interlocutor la llamó de vuelta. Era “Víctor”. Le aseguró, según el relato de la mujer, que su hijo estaba bien, que habían bebido un poco, que seguía en su departamento, que estaba “todo chill”.
Ese chat desesperado terminó en una denuncia policial en la Comisaría 1B. La mujer entregó una copia de aquella conversación a la fiscal. Sostuvo que cuando lograron sacar a su hijo de ese lugar, el imputado se le acercó y le dijo “Señora, él quería un book de fotos, nadie le hizo nada. Se fumó un porro y por eso está así”.
En el caso de la segunda víctima, con un ataque cometido en abril de 2025, su historia clínica enviada por el hospital Muñiz reveló lesiones compatibles con un abuso sexual violento; el dolor en su cuerpo persistió durante semanas.
El Cuerpo Médico Forense elaboró una lista de los psicofármacos hallados en el departamento de Longobucco. Se halló alprazolam, vortioxetina, lamotrigina, paroxetina, pregabalina, principalmente antidepresivos, antiepilépticos y antipsicóticos. El alprazolam es la clave. Los forenses lo calificaron como “frecuente en casos de sumisión química por provocar somnolencia rápida sin sabor detectable”. La pregabalina puede ser empleada para potenciar el efecto de la sedación.
“Una vez en el lugar, les ofrecía distintos alimentos y bebidas. Una vez que lograba que las víctimas consumieran lo proporcionado, estas se sumían en un estado de inconciencia tal que durante horas, permanecían a su merced”, continuó Cuñarro en su pedido ante la jueza Bruniard.