"Newton: El arte de reaccionar": Un viaje interestelar hecho de memoria, deseo y resistencia

El lunes 17 de noviembre a las 20:00, el teatro de la Escuela de Arte será escenario del estreno de “NEWTON: El arte de reaccionar”, la obra escrita, dirigida y protagonizada por Ariel Fuentes como tesis final del profesorado de Teatro del Instituto Superior de Arte Nº 806. La propuesta combina drama, performance y emotividad en una experiencia contemporánea que nace de su historia personal y del poder transformador del arte.

El próximo lunes 17 de noviembre a las 20:00, el teatro de la Escuela de Arte de Comodoro Rivadavia recibirá el estreno de “NEWTON: El arte de reaccionar”, la obra escrita y dirigida por Ariel Fuentes, quien además actúa junto a Rodrigo Barriga y Facundo Peñalba. La función corresponde a su tesis final del profesorado de Teatro del Instituto Superior de Arte Nº 806, y representa el cierre de un ciclo de formación y autodescubrimiento.

Fuentes comenzó su recorrido teatral en 2016, cuando dejó Comodoro para estudiar la licenciatura en Teatro en Córdoba. “Terminé la secundaria, agarré mi valija y me fui. Siempre supe que el escenario era mi lugar. Desde chico había algo ahí que me llamaba la atención: me daba miedo, pero a la vez sentía que era donde quería estar”, comenta en entrevista con El Patagónico.

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La pandemia interrumpió su paso por Córdoba y lo obligó a regresar a su ciudad. “Hice el intento de cursar teatro virtual, pero era imposible. Mover el cuerpo por Zoom era lo más triste que había visto. Así que dejé. De pura casualidad me enteré de que en Comodoro había un profesorado de teatro, y ahí me metí”, recuerda. Ese regreso lo acercó también a su vocación docente: “Ser profe nunca estuvo en mis planes, pero descubrí que me gusta enseñar lo que amo. Qué mejor que transmitir el teatro”.

La obra nació de un proceso largo de escritura y búsqueda. “Tenía textos sueltos, fragmentos, cosas que sabía que en algún momento iban a servir. En 2023 me puse a escribir en serio. Ahí surgió Newton, que es una historia más lúdica, más fantasiosa, aunque también tiene partes oscuras y sentimentales”.

El título tiene una carga simbólica fuerte: “Siempre creí que el nombre aparece cuando la obra ya está viva. Revisando unos escritos viejos encontré una escena donde hablaba desde la luna con alguien lejano. Tenía una nota sobre la tercera ley de Newton y la frase de Interestelar sobre dejar algo atrás al viajar. Me hizo sentido. La obra trata de eso: de un artista que emprende un viaje y debe decidir qué llevar y qué dejar. Yo también reacciono ante la vida desde el arte, por eso se llama así: Newton, el arte de reaccionar”.

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En escena, “NEWTON: El arte de reaccionar” combina recursos performáticos, fragmentos poéticos y elementos del drama y la música. “No la puedo catalogar en un solo género. Tiene un poco de todo: drama, show, momentos musicales y algo de erotismo. Es una obra muy contemporánea, performática, que rompe con los moldes clásicos del teatro que detesto”, dice entre risas. “Por ejemplo, está prohibido dar la espalda al público... bueno, en mi obra estamos casi toda la función de espaldas. Me gusta jugar con esos clichés”.

La puesta aborda temas ligados a la identidad, la infancia, los mandatos sociales y la búsqueda de libertad, atravesados por un tono emotivo y personal. “No quería que se tratara de mí, pero inevitablemente algo de mí está ahí. Son vivencias que compartimos muchos, sobre todo dentro de la comunidad LGBT. Habla de crecer, de los vínculos familiares, de la escuela, de los mandatos, de tener que confesarte. Hay un par de palitos a la Iglesia también”, comenta con ironía.

Aunque inicialmente no pensaba en emocionar, sus compañeros que vieron ensayos abiertos tuvieron una reacción muy emotiva: “Las personas que la vieron terminaban llorando. La reacción del público no se puede controlar. Eso me enseñó que lo que nace desde la verdad siempre llega”.

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El elenco está conformado por amigos y compañeros de camino. “Al principio iba a ser un unipersonal, menos mal que no lo hice porque iba a morir de actuar y dirigir. Con Facu y Rodri somos muy amigos, y eso se nota. Trabajar con amigos tiene sus pros y sus contras, pero hay un vínculo hermoso. A veces hay que decir ‘dejamos la amistad y nos ponemos a laburar’, pero eso también se aprende”.

Además de su rol como actor y director, Ariel Fuentes se desempeña como docente en elencos de danza-teatro. Sobre el panorama teatral local, Fuentes reconoce el crecimiento del sector en los últimos años. “Cuando volví de Córdoba no conocía nada del teatro en Comodoro. Ahora hay muchas obras, muchas salas y propuestas de todo tipo. Falta más difusión, pero material hay, y muy bueno”.

El estreno del 17 de noviembre será, además, un punto de partida. “Muchas obras del profesorado mueren después de la primera función. Yo no quiero que Newton quede ahí. La idea es sacarla, hacerla circular, llevarla a otras salas. El 17 va a ser la gran noche, y van a pasar cosas que después no se van a repetir”.

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