No cede la demanda minorista de dólares

La mayor parte de las divisas compradas por personas quedan depositadas en cuentas bancarias.

Como suele ocurrir cada vez que se instala un clima de incertidumbre cambiaria -y el precio del dólar está presionado al alza-, la demanda minorista de dólares se mantiene elevada. Esto obliga a los bancos a pedirle billetes al Banco Central (BCRA), pero gran parte de lo comprado queda depositado en cuentas, lo que —por vía de los encajes— evita una erosión de las reservas internacionales.

La conclusión surge de las estadísticas oficiales y de un relevamiento llevado a cabo por el diario La Nación entre entidades financieras locales.

Las primeras muestran que el stock de depósitos privados en dólares aumentó en US$1542 millones (+4,76%) en septiembre, lo que supone el segundo mayor aumento del año, tras la suba de US$1713 millones registrada en julio (cuando la demanda, en un contexto también de tensión, se potenció por el cobro de aguinaldos).

Esas colocaciones alcanzaron los US$33.847 millones a fin de mes pasado, antes de trepar hasta los US$34.236 millones tras las primeras ruedas de octubre (con lo que acumularon un aumento de US$2000 millones en 35 días) para quedar ahí nomás del “pico” de US$34.638 millones que habían tocado el 31 de octubre de 2024, cuando venció el plazo para adherir al blanqueo sin penalidad.

“Es un máximo para el año en el marco de una dolarización pre-electoral”, observó el economista Iván Carrino.

Lo segundo es producto de las consultas realizadas con una decena de entidades referenciales del sistema, de las que se obtuvo un cuadro que indica que las personas siguen dolarizando buena parte de sus ahorros o excedentes en pesos, aunque más del 60% de los dólares que compran quedan depositados en cajas de ahorro.

“La demanda privada minorista es sostenida desde hace varias semanas: el buen dato es que la gente deja en los bancos la mayor parte de los dólares que compra”, explicaron desde una entidad privada líder. Esta respuesta se repitió casi sin variantes en el resto de las consultas, que incluyeron a otros bancos de distintas características.

“El dólar subiendo siempre atrae demanda y retrae oferta en términos generales. En el caso del público minorista también, aunque como las ‘espaldas’ suelen ser menos aguantadoras, hay gente que vende parte de lo comprado si la divisa sigue subiendo, luego, para cubrir gastos corrientes”, explicaron desde otra institución financiera.

La mirada de los bancos está puesta en la reacción que pueda tener el ahorrista más volcado a realizar plazos fijos en pesos, especialmente ahora que las renovaciones -con un horizonte mínimo posible de 30 días- comienzan a vencer luego de las elecciones.

Esto los llevó a ofrecer tasas más altas -las subieron del 38/39% a un rango que va del 42 al 44% nominal anual- para colocaciones de más de $1 millón en los últimos días, en un intento por retener este tipo de depósitos.

“Hay gente que renueva, pero otros no quieren quedar con pesos inmovilizados por un mes y dejan la liquidez en cuenta a la espera de resolver o, directamente, pasan a dólares el total o al menos una parte del plazo fijo porque sienten que, de ese modo, ganan tranquilidad”, comentó un ejecutivo bancario.

En los bancos destacan que esta conducta de los ahorristas les permite sostener la oferta de crédito en dólares, incluso cuando debieron racionar —especialmente en las líneas más largas— el financiamiento en pesos. De hecho, el stock de préstamos en dólares en la calle superó los US$18.700 millones en los últimos días, con lo que mantiene una expansión del 4% mensual.

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