Estamos en la era del contenido, donde, por ejemplo, en capacitaciones, se buscan formatos más descontracturados y coloquiales. Las empresas hoy necesitan abordaje de los temas en lenguajes más cercanos. Las habilidades duras son muy importantes, aunque hoy cobran valor e impacto la conexión desde el hemisferio derecho de las habilidades blandas. La empatía, conexión emocional, experiencias memorables se logran mejor con charlas, talleres y seminarios que combinan información con vivencias. Esto las transforma en inolvidables para los participantes.
El orador formal, sentado detrás de un estrado, no permite el acercamiento que hoy necesitan las empresas.
Los procesos de transformación humana, que lideran todos los equipos de recursos humanos (a mí me gusta llamarlo Capital Humano, Talento Humano), buscan, precisamente, humanizar las relaciones.
No alcanza con ser un buen orador técnico, si no transmitís emociones.
Muchas veces las empresas buscan a profesionales entrenados, para transmitir mensajes de otra forma. Es por esto que las compañías acuden a speakers profesionales que, desde otro lugar, pueden comunicar conceptos muy diversos, y lograr mayor impacto y pregnancia en la mente y, sobre todo, en el corazón de las personas.
Los mayores beneficios de este tipo de talleres son el logro de una mayor cercanía; posibilidad de flexibilidad; apertura de canales de diálogo más informales e igualmente productivos; el entrenar otras habilidades en los equipos de trabajo, por ejemplo, el Liderazgo Coach que estoy desarrollando actualmente en varias compañías.