Sospechan que el jefe de una comisaría estaría implicado en un caso de robo

El Grupo Especial de Operaciones Rurales irrumpió en la Unidad Operativa Tres Cerros en busca de información y documentación por una causa de robo en una estancia. El jefe de la dependencia debió establecer domicilio.

La Justicia se encuentra investigando un nuevo hecho que afecta a la institución policial: se trata de un caso de robo que se habría registrado días atrás en una estancia del interior de la provincia y que tiene como principal sospechoso al jefe de la Unidad Operativa Tres Cerros.

Pese al hermetismo con el que se lleva la causa, a través de diferentes fuentes consultadas por La Opinión Austral se pudieron obtener datos que darían cuenta de que el subcomisario a cargo de la dependencia policial antes mencionada se habría visto involucrado en el hecho que es investigado.

Si bien no trascendieron detalles, se pudo saber que el robo se cometió días atrás y, además del jefe de la dependencia, otros dos agentes -de los cuales no trascendió su jerarquía- estarían siendo investigados por la Justicia de San Julián.

Durante el procedimiento, los agentes de la fuerza especial procedieron a demorar a su par y jefe de la unidad operativa, quien, por disposición de la Justicia, estableció domicilio.

No se conocieron, en particular, los elementos que buscó el GEOR en la dependencia policial. Lo que sí trascendió fue que el allanamiento finalizó cerca de las 17 del domingo.

Asimismo, se supo que el personal de la división Asuntos Internos de la Policía se encuentra trabajando en el caso y posiblemente ya habría apartado preventivamente al subcomisario imputado.

No es la primera vez que la Unidad Operativa de Tres Cerros se ve señalada como una dependencia en la que las leyes no se cumplirían. Sin ir más lejos, en octubre del año pasado el personal jerárquico de la comisaría fue señalado por subordinados por un caso de maltrato.

En esa oportunidad, un cabo de apellido Peso denunció que el personal superior de la dependencia sacó sus pertenencias a la calle tras una “pelea interna”.

El padre del cabo habló con los medios en su momento y denunció el maltrato que había sufrido su hijo: “es un trato inhumano el que sufrió, hay gente que deja mucho que desear cuando trabaja o toma estas decisiones, me siento defraudado por la falta de ética profesional y abandono humano, porque mi hijo no es un perro, es un funcionario policial y una persona ante todo”.

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