Un estudiante de ingeniería habría revisado los problemas con el gas

Las irregularidades en las conexiones de gas se multiplicaron durante el último tiempo en la Escuela 39. La directora Claudia Aguilar fue suspendida por advertir que no eran posibles las clases presenciales bajo diferentes complicaciones. Denuncian que desde Provincia obligaron a volver a las aulas pese a los riesgos. Aguilar relató que enviaron a un estudiante avanzado de ingeniería, en lugar de un gasista matriculado, para que evaluara la situación.

Este sábado hubo una manifestación en la Escuela 39 de Comodoro Rivadavia para pedir por la reincorporación de la directora Claudia Aguilar y para que reparen los diferentes problemas en las conexiones de gas del establecimiento. Es que Aguilar fue separada de su cargo después de que denunciara las irregularidades que tenía el edificio que hacían imposible que se dictaran clases presenciales.

Los problemas comenzaron el 17 de marzo cuando una docente reclamó que había olor a gas en la sala de maestros. Desde el 17 de mayo al 10 de junio se elevaron notas al Gobierno provincial para recordar que se debían revisar las conexiones de gas. Sin embargo, pasaron los días, pero nadie revisaba las instalaciones.

Los reclamos parecían que iban a tener una solución cuando apareció un enviado de Obras Públicas con equipos para realizar diferentes pruebas. Pero las sorpresas continuaron porque cuando Aguilar le preguntó su especialidad, este dijo que solo era un estudiante avanzado de ingeniería.

La directora pidió que lo dejara por escrito porque sentía que el Ministerio enviaba a un alumno para ejecutar trabajos que podían poner en riesgo la integridad de la comunidad educativa.

SILBIDOS DE GAS

Un nuevo problema se sumó en la Escuela 39 cuando se detectó una fuga de gas en la cocina. Según los directivos, el silbido era tan intenso que se escuchaba desde lejos y el olor era insoportable. Es que se había apagado la hornalla, pero el gas seguía saliendo, convirtiéndose en una bomba a punto de explotar. Los docentes cerraron la llave de paso y volvieron a reclamar. Las notas se iban acumulando.

El 30 de junio fue una fecha marcada para Aguilar y la comunidad educativa de la Escuela 39. Es que la subsecretaría de Coordinación Técnica Operativa de Instituciones Educativas y Supervisión, Silvia Reynoso; el subsecretario de Apoyo y Servicios Auxiliares Claudio Márquez; las supervisoras Alejandra Gauna y Adriana Luna; la inspectora de Obras Públicas, Marcia Cea y delegada administrativa Nelly Cruz se presentaron en el edificio, felicitaron la gestión de la directora y solicitaron que el 1 de julio debía comenzar la presencialidad en la institución.

En diálogo con El Patagónico, Aguilar manifestó que se asesoró con el Colegio de Ingenieros y le explicaron que, a raíz de todos los problemas detectados, era necesario contar con una prueba de hermeticidad y un certificado que respaldara que los artefactos estaban funcionando correctamente. “Pero las autoridades me dijeron que si Marcia Cea decía que estaba todo bien, se podían comenzar las clases el 1 de julio. Cea dijo que estaba todo bien”, aseveró la directora.

Los docentes detectaron nuevamente olor a gas y elevaron otra nota manifestando que era difícil cumplir funciones y controlar si los artefactos funcionaban. No hubo respuestas hasta el último jueves cuando las supervisoras Alejandra Caamaño y Adriana Luna se presentaron en la institución para comunicarle a Aguilar que estaba suspendida por 90 días. “Esa disposición está viciada de errores administrativos y de interpretaciones. Es improcedente por donde se mire y me separaron del cargo. No me dieron ni siquiera el derecho a réplica ni el derecho a defenderme. Directamente ‘cortaron cabeza’ y para mí es un correctivo para que ninguna directora se le ocurra denunciar irregularidades en sus escuelas”, manifestó Aguilar a este diario.

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