Una mujer de 45 años tuvo que ser internada de urgencia tras sufrir una disección aórtica luego de mantener relaciones sexuales. El hecho sucedió en Estados Unidos y, si bien no es usual, sirvió para alertar sobre los síntomas del síndrome aórtico agudo (SAA), sus causas y consecuencias.
Los médicos indicaron que, dentro de los síntomas, la paciente enumeró punzadas, disnea y náuseas, y su presión arterial era muy alta, con una máxima (sistólica) de 220 y una presión mínima (diastólica) de 140.
La paciente tenía antecedentes de hipertensión por el cual había sido medicada hacía más de un año.
Además, “la paciente admitió una historia de abuso de tabaco de aproximadamente 17 años, afirmando que actualmente fuma de seis a siete cigarrillos diarios”, se lee en el artículo científico publicado en la revista ‘American Journal of Case Reports’.
El caso fue documentado como el síndrome aórtico agudo (SAA) que incluye entre sus consecuencias una disección aórtica, es decir, se rompe parte de la pared de la aorta que transporta la sangre fuera del corazón.
“Es un proceso patológico grave que típicamente se presenta con dolor torácico agudo y desgarrante con radiación a la espalda”, escribieron.
En caso de no ser tratado con urgencia tras el dolor, las posibilidades de un paro cardíaco aumentan en 1 % cada hora y podría provocarse afectaciones neurológicas y daño de otros órganos.
Los médicos concluyeron que la rotura de la aorta ocurrió como respuesta al esfuerzo físico y a la agitación emocional. “Los parámetros fisiológicos de frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca y presión arterial aumentan con las relaciones sexuales, en correlación con el ejercicio”, recalcaron.
Los latidos del corazón al tener SAA pasan de 110 a 180 por minuto y se eleva la presión arterial sistólica de 30 a 80 que trae consigo grandes repercusiones, incluso peores en personas con antecedentes de hipertensión.
“Esto no es una ocurrencia comúnmente reportada. Comprender los cambios fisiológicos y el estrés de las relaciones sexuales y cómo esto afecta la hemodinámica puede ayudar a predecir resultados adversos en pacientes con factores de riesgo cardiovascular preexistentes”, concluyeron en el artículo de la revista científica.