Víctor Doria: "todavía nadie de la CAI salió a explicar por qué me echaron"

Víctor Hugo Doria fue una de las personas que ideó la Comisión de Actividades Infantiles. El entrenador comandó la CAI en la época dorada de este club y fue una de las personas claves para posicionar al "Azurro" como el "semillero patagónico".

El “Gallego” Víctor Hugo Doria recordó momentos gratos con el “Azurro”, desde jugadores, viajes, tristenzas, alegrías, hasta los entrenamientos que realizaban en la playa de Rada Tilly y en la cancha de Deportivo Portugués. De esta forma, la CAI, logró ascender a la B Nacional: entrenando en tierra.

La CAI fue una cosa muy grande de mi carrera, un poco casual porque yo vuelvo a Comodoro por una enfermedad de mi papá. Estaba en España pero volví para echar una mano con lo de mi viejo y dejando la puerta abierta en Gijón porque ellos me querían allá”, comentó.

“Nosotros arrancamos como un club que apuntaba a las divisiones inferiores, pero para afiliarnos nos pedían que tengamos una primera división, así que medio como pudimos comenzamos a armarla. Me traje a Macías, Montecino, Cardozo y Saldaño y bueno, después jugábamos con los chicos que en ese entonces eran Andrés Silvera, “Mumo” Peralta, Hugo Barrientos. Teníamos un equipazo”, afirmó.

Doria afirmó que los ascensos y el crecimiento del club “fueron inesperados y rápidos”.

"Se sube de categoría, me dejan a mí en la parte de los chicos, en la formación y vino Marcelo Fuentes para hacerse cargo de la primera que con él ascienden a la B Nacional. Luego, con las vueltas del fútbol me tocó estar en tiempos difíciles y tratando de apagar el incendio cuando se peleaba el descenso, zafamos las tres veces, pero tengo muy gratos recuerdos con todos los chicos”.

Doria es sinónimo de la CAI. En el “Azurro” realizó gran parte de su carrera y creció profesionalmente a la par de los chicos. Si bien a mediados de los '90 emigró unos años al Gijón y luego a San Lorenzo, volvió para continuar su proyecto en la ciudad petrolera. Pero en el 2010, el cartero golpeó la puerta de su casa y le entregó un telegrama de despido.

Estamos en el 2018 y todavía nadie de la CAI salió a explicar el por qué del telegrama. Recuerdo que entrené a la mañana y a las dos y media de la tarde me encontré con esta noticia. Nunca tuve una palabra del presidente, que se escondió luego de despedirme”, reveló en una entrevista que le realizó el portal Pasta de Campeón.

“Yo a este proyecto lo he hecho con sacrificio y cariño. Siempre les dije que teníamos que tener una cancha de fútbol y me decían que no y todavía no la tienen. Le pedimos prestados a todos, teníamos que hablar con todo el mundo para poder entrenar y así ascendimos, entrenando en tierra. Dejé todo ahí, pero no dieron la cara cuando me echaron”, afirmó.

Por último, el entrenador que será homenajeado en septiembre por el Sporting de Gijón en Espeaña, comentó que, a pesar de estar viviendo en Buenos Aires hace siete años, se informa todos los días con El Patagónico sobre lo que sucede en el fútbol de Comodoro.

“Yo estoy muy agradecido a mi ciudad. Realicé gran parte de mi carrera como entrenador, mis hijos estudiaron allá, se recibieron, tengo amigos y familia. Siempre leo todos los diarios y trato de ver cómo está el deporte en general, qué actividades hay, cómo salen los partidos y también veo que no estamos en ninguna competencia grande y buena”, explicó.

“Dicen que ningún ciudadano es profeta en su tierra. Yo nací en Comodoro, jugué en Saavedra, viví en el Ceferino y después me tocó emigrar, primero a San Lorenzo y después a Europa. Hice mi carrera afuera, capaz mucha bola no me dan por eso mismo, pero yo no creo que la gente me haya dejado de un lado. El que habla de fútbol sabe lo que hicimos por el fútbol de Comodoro”, finalizó.

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