Después de un año en que se mantuvo un valor diferencial para la producción interna de crudo, en noviembre de 2016 arrancó el plan del Gobierno nacional para acoplar los precios del denominado "Barril Criollo" con las cotizaciones internacionales, a como dé lugar.
En el mercado los valores ya iban empujando a la baja el precio del crudo Escalante, aquel que sale del subsuelo chubutense, de a un dólar por mes. A lo largo de 2016, el barril Escalante cotizó a u$s54,90 pero la presión del mercado y de las refinadoras obligó a que los productores ofrecieran a menor precio.
La eliminación del "Barril Criollo" le pone cierre a una historia de un Estado que recaudaba los altos precios del petróleo -fuente de divisas e impuestos, tal como la soja- y luego de subsidio a una industria que no invirtió en infraestructura.
Por caso, en la actualidad las refinerías están al límite de su capacidad instalada y cualquier incremento de la producción de petróleo sería en vano al no tener dónde comercializarla. Por esa razón, en general un 25 a 30% de la producción de Chubut sale a la búsqueda de mercados externos a precios por barril que este año tuvieron un piso de 28 dólares y un máximo de 50.
Al mismo tiempo, los reembolsos por puertos patagónicos –luego eliminados por Macri- permitían a las petroleras recuperar un 9% de lo que exportaban desde el puerto de Comodoro Rivadavia y compensar en algo los precios poco rentables de las tranzas internacionales. Un promedio de cuatro dólares por barril recuperan las operadoras, en especial Pan American Energy que es la de mayor producción y que más exporta. Otras que eventualmente lo hacen son YPF y Tecpetrol.
El trabajo para eliminar la protección a la producción petrolera nacional fue articulado por Juan José Aranguren, el ministro de energía de Macri que es ex CEO de Shell. "Juanjo", como lo apodan, es el principal promotor del ajuste en el Gobierno nacional, con propuesta de cambios radicales en la industria y la matriz energética a través de las renovables. Lo secundan en las secretarías ex funcionarios de operadoras petroleras. La paciencia fue la estrategia para acorralar a los sindicatos en la agenda de "redimensionamiento de la industria" e imponer una flexibilización laboral en la industria petrolera ante la caída de los precios internacionales, que hoy es más explícita.
RECLAMO POR EL GAS
El plan que se aceleró en la última parte del año pasado, ya tenía en enero de este año al crudo Medanito de Neuquén desplomado a 59,40 dólares y al Escalante a 48,30 dólares. Y para este mes que termina el Medanito pasó a costar 58,70 dólares y el Escalante 48,10.
En marzo la cotización del petróleo neuquino será de 57,90 dólares y el chubutense pasa a 47,90 dólares; abril los dejará en 57,20 y 47,70 de manera respectiva y mayo los ubicará en 56,50 y 47,40. Junio de 2017 será el último mes con precio regulados al fijar el Medanito a 55,70 y al Escalante en 47,20. A partir de ahí, el Medanito tendrá un precio sostén de 55 dólares y el Escalante de 47 dólares.
Una curiosidad es que pese a que el precio del crudo en Argentina disminuye, una parte del acuerdo es para subir el de las naftas, a pedido de las refinerías y en especial de YPF.
Chubut es una de las provincias que más disconforme está con el acuerdo y por eso en las últimas mesas de negociaciones ha buscado una alternativa para compensar la caída que viene trayendo la recaudación por regalías petroleras. Además, sigue exigiendo que la brecha entre el precio del Medanito y del Escalante sea menor (pese a que pasó de 15 dólares de separación a ocho con este nuevo esquema). El Gobierno provincial sigue considerando injustos los argumentos técnicos.
Cómo solicitud en el marco de la industria, Chubut saldría a reclamar un programa como Gas Plus para la Cuenca del Golfo San Jorge. Es decir: el petróleo estaría en el libre mercado y el gas entraría en un esquema de precios regulados.
En concreto, desde el Gobierno provincial no quieren que Chubut termine discriminada de la política petrolera y gasífera nacional por no tener una formación shale como Vaca Muerta. Chubut quiere compensar la caída de las regalías petroleras con una mejora sustancial en las gasíferas.
ADECUAR LA INDUSTRIA
En las Segundas Jornadas Geológicas de la Cuenca del Golfo San Jorge, en abril de 2016, responsables de exploración de Pan American Energy explicaron la estructura de precio de facturación y descuentos impositivos. Según la visión operativa de la empresa, el 30% de la producción de Chubut se exporta a un precio donde el costo por barril es muy superior según la zona, tipo de pozo y tamaño del proyecto. La empresa controlada por la familia Bulgheroni junto a capitales ingleses y chinos, consideraba que el precio de facturación era de 29,50 dólares por barril Escalante for export (con base en el noruego Brent).
Ese precio está relacionado a la calidad histórica del Escalante, unos 24 grados API que lo hacen menos potente para combustibles, pero sí para otro tipo de productos- de alrededor de siete dólares. Menos regalías y otras contribuciones que ubicaban el precio final en 24,70 dólares por barril Escalante. Si Nación y Provincia completan el subsidio de 10 dólares por barril exportado -que sería otro gasto que el Gobierno de Macri no estaría dispuesto a seguir afrontando-, el valor llega a 35 dólares por barril. Aun así, no deja de ser un negocio de 5,2 millones de dólares por día.
El que no tuvo problemas operativos era el "Barril Criollo". Casi de palabra, Aranguren prometió el sostenimiento de un precio interno superior al externo en el orden de 54,90 dólares. Después de todos los descuentos (incluyendo ingresos brutos), el precio quedaba e 44,40 dólares.
"Los planes que soportan el precio interno y de exportación del petróleo local se extienden hasta el 31 de diciembre y generan una oportunidad para que la industria adecúe sus costos, tomando como referencia el precio internacional de este producto", señalaba una de las placas del "Power Point" de PAE. Alternativas: desarrollar las reservas de gas y explorar con miras al futuro en reservorios no tradicionales (la formación Pozo D-129, el pequeño Vaca Muerta chubutense).
"Una oportunidad para que la industria adecúe sus costos", decían. El "redimensionamiento de la industria", como señalan en uno de sus puntos el temario de las mesas de "productividad", consiste nada menos que afinar los costos laborales y desmantelar algunos privilegios sindicales: las horas taxi –horas de viaje-, las tareas a realizar en turno nocturno o el trabajo con viento están ahí; también un estricto control a las faltas o llegadas tarde.
Lo firmó primero Mendoza, Neuquén lo ajustó para los pozos no convencionales. Chubut y Santa Cruz temen quedarse solos en la pelea.
- | Energía
- 27 febrero 2017