La situación afecta desde el miércoles por la tarde a cientos de camioneros e incluso a los ocupantes de algunos vehículos particulares que quedaron varados sin poder continuar viaje, en el Paso de Integración Austral ubicado en el paraje de Monte Aymond, la frontera que divide Chile y Argentina, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Río Gallegos.
Monte Aymond era uno de los ocho pasos fronterizos habilitados desde el 1 de abril por el Gobierno nacional para, de manera controlada, permitir el regreso de argentinos al país ante la pandemia de coronavirus. Pero además esta frontera es el paso obligado de abastecimiento para la llegada de camiones con suministros para la provincia de Tierra del Fuego, tras el cruce en barcaza por territorio chileno en el Estrecho de Magallanes, ya que es el único nexo de interconexión terrestre con la isla.
Los afectados reclaman que pese a ser una frontera de paso continuo, y ante las medidas preventivas que ha generado la prevención del coronavirus en todo el territorio, no se haya previsto un puesto sanitario fijo de atención permanente, para evitar lo que finalmente colapsó durante la mañana del jueves 2 de abril.
Según publica el diario Perfil, como consecuencia de este colapso, el titular de la Dirección Nacional de Migraciones en Santa Cruz, Gonzalo Chute, informó que se decidió que solo podrán circular por dicho paso fronterizo “transportes de carga, los tránsitos internos Argentina-Argentina es decir las personas que vienen de Tierra del Fuego hasta el continente- y los tránsitos Chile–Chile, o sea chilenos que viven en el sur de Chile y tienen domicilio en el norte chileno los que podrán circular por rutas argentinas siempre que su único objetivo sea llegar a otro punto fronterizo para ir a destino. Desde ya son todos verificados por personal del Ministerio de Salud y Ambiente de laprovincia y a partir de este viernes. también por sanidad de frontera” aseveró.
“Actualmente no pueden ingresar los argentinos que estén en Chile o los extranjeros radicados en Argentina, está cerrado el Paso Integración Austral para ellos” afirmó Chute.
SIN CONTROL SANITARIO
Según explicaron los propios camioneros, el personal de Migraciones no les permitiría continuar viaje “porque no hay personal de Salud para hacer los controles respectivos”, y esto generó que la gran mayoría debiera hacer noche a la espera de la llegada de los profesionales del área.
Alrededor de 200 camiones de un lado y otro del paso fronterizo argentino debieron detener su marcha a la espera de la llegada del personal que los controle y supervise para continuar viaje. Según describe Perfil, la imagen en la frontera era desoladora, ya que además de los cientos de camiones, otro número similar de autos, con familias completas en su interior, esperaban la autorización sanitaria para poder continuar viaje luego de haber pasado toda la noche a la intemperie y sin alimentos suficientes.
Recién cerca de las 13, un móvil con personal médico y enfermeros, llegó hasta el paso de frontera para a esa hora iniciar sus tareas. “Es un día perdido. Nosotros tenemos tiempos de viaje que debemos respetar, y además hay camiones con mercadería perecedera. No puede ser que no esté prevista esta situación. Además, nos obligan a estar todos amontonados, no hay espacio suficiente y hasta terminamos violentando el distanciamiento social, que si hubiera un control, todo sería más rápido” explicó Carlos Arístides Fernández (51), un camionero de Río Grande que viajaba con destino a Buenos Aires a buscar mercadería para luego regresar a la isla.
“Las demoras que existieron ayer y hoy obedecieron a este tema. Hoy un equipo del Ministerio de Salud y Ambiente de la provincia se dirigió al Paso Integración Austral para realizar los controles correspondientes. Pedimos disculpas por estas demoras ocasionadas pero fueron para garantizar y priorizar la salud de los santacruceños y santacruceñas, y los argentinos y argentinas en general”, explicó el funcionario.
DE UN LADO Y DEL OTRO
La infraestructura edilicia del paso fronterizo de Monte Aymond es deplorable desde hace años. Además de tener los sanitarios permanentemente clausurados, no hay un local donde comprar alimentos ni tampoco un espacio para poder pernoctar. De hecho el personal de Aduanas y Migraciones que presta servicios junto a efectivos de Gendarmería en la tarea diaria de contralor, duerme en trailers adaptados con escasa y nula calefacción. Es común incluso que el edificio central de frontera tenga problemas de agua y calefacción.
Muy diferente es la historia en el edificio ubicado del lado chileno, retrata Perfil, con instalaciones óptimas y perfectamente adaptadas para la atención al público. Por eso desde hace años, y ante los continuos problemas de estructura que presenta el paso del lado argentino, las autoridades decidieron realizar un control conjunto en un solo edificio.
“Acá en la frontera argentina nos impiden seguir viaje porque no hay personal de salud, pero en la frontera chilena que está a dos kilómetros de distancia una de la otra, te dan un óptimo que certifica que podemos seguir viaje. Hay cosas que no se entienden” reclamó otro camionero molesto por la burocracia impuesta para continuar viaje.