Campesinos de Santiago del Estero combinan turismo con prácticas rurales

Conocer, descansar y a la vez aprender tareas del campo, como criar cabras, elaborar quesos, trabajar en telar o en una huerta orgánica, es la propuesta que ofrece la cooperativa Huellas de San Francisco, vecina a las termas de Río Hondo.

El emprendimiento Huellas de San Francisco se ubica a unos 65 kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero, por la ruta Nacional 9, y a 85 de San Miguel de Tucumán, por caminos en buen estado.
En el ambiente tipificado como “monte chaqueño”, estas familias campesinas logran captar la atención del turismo con sólo ejercer sus oficios y actividades cotidianas, en forma organizada.
Se trata de una iniciativa enmarcada en la Red Argentina de Turismo Rural Comunitario, que se centra en varias localidades y parajes cercanos a ese centro turístico santiagueño, como Villa Río Hondo, El Brete, Aco y Pozo del Arbolito.
Los vecinos cuentan con asistencia de técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y de la Carrera de Turismo Rural de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA), en tanto el programa es impulsado por los ministerios de Turismo, de Desarrollo Social y de Agricultura. De esta forma, el turista que antes pasaba por esa zona del Departamento Río Hondo, en el centro este de Santiago del Estero y no encontraba motivo para permanecer en esos caseríos de criadores de cabras y agricultores artesanales, ahora tiene una nueva propuesta.
Sus habitantes le ofrecen la posibilidad de compartir ese ritmo de vida durante sus vacaciones y experimentar el encanto del monte. Así pueden alojarse en las viviendas de estas sencillas y emprendedoras familias que se levantan y se acuestan temprano, para durante el horario diurno -salvo la hora de la siesta- cultivar la tierra, criar el ganado caprino y producir sus artesanías.
El turista puede aprender los secretos para fabricar dulces o arrope y mantener una huerta orgánica en suelo que no es de lo más fértil y necesita una preparación especial, además de saber combatir plagas sin agroquímicos. También podrá participar de la cosecha del maíz y de zapallos y le enseñarán a recolectar miel natural de panales, el mantenimiento de éstos y el cuidado de abejas.
Además quien se interese por el criado y atención de cabras también aprenderá a fabricar quesos con su leche, y si le gustan las artesanías se puede animar a confeccionar tejidos con hilos de palmera nativa, con la cual también producen cestería artesanal.
La gastronomía, por su parte, se basa en platos locales como humita con queso de cabra, locro, tamales, empanadas caseras o cabritos al horno de barro con leña. Además de enseñar a preparar estas delicias, la cooperativa ofrece circuitos de senderismo y paseos a caballo, con guía local y espacios para quienes quieran instalar campamentos.
Todo esto, se complementa con el termalismo, que es el principal atractivo de la ciudad cercana: Las Termas de Río Hondo.

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