La Secretaría de Finanzas ofrecerá una combinación de bonos en pesos y títulos dollar linked, con el objetivo de extender plazos y moderar el costo de financiamiento. Sin embargo, el volumen a cubrir convierte esta licitación en un test decisivo para medir la capacidad del Gobierno de sostener el programa económico sin presionar aún más al mercado de pesos.
Si el rollover no alcanza el 100%, el Tesoro deberá cubrir la diferencia con fondos propios, lo que implicará liberar más pesos a la economía. Actualmente, la cuenta del Gobierno en el Banco Central almacena cerca de 4,5 billones de pesos, según datos oficiales.
Para aliviar la carga de vencimientos, la semana pasada el Tesoro y el Banco Central concretaron un canje de deuda que redujo en unos 2 billones los compromisos inmediatos. En paralelo, el Banco Central bajó la tasa de referencia al 20% y flexibilizó los encajes bancarios, medidas destinadas a mejorar la liquidez del sistema y a moderar el rendimiento que los bancos exigirán para participar de la licitación.
El mercado espera una jornada compleja y muy ajustada. El monto que logre captar Economía —y la tasa a la que lo haga— marcará el clima financiero de las próximas semanas y será determinante para saber si el Gobierno podrá avanzar sin sobresaltos en su esquema de financiamiento en pesos.