Matías Ozorio, de 28 años, fue detenido en Perú y se convirtió en el octavo arrestado por el triple femicidio de Florencio Varela, en el que fueron asesinadas Morena Verdi (20), Brenda del Castillo (20) y Lara Morena Gutiérrez (15). El principal acusado por la masacre es Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”.
El joven, que residía en el barrio porteño de Barracas, fue capturado tras una orden internacional de detención activada por Interpol. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, difundió en su cuenta de X un video en el que se lo ve siendo interrogado por un oficial peruano.
“Me trajeron engañado unos narcos mafiosos a los que yo les debía plata; hace dos días me escapé. Me trajeron por Paraguay y por la selva. La banda de Trujillo me dijo que yo tenía que ser capitán”, declaró Ozorio, despeinado y en aparente situación de calle.
De acuerdo con la investigación, el detenido habría estado presente en el momento del crimen y ocupaba un rol de liderazgo en la organización. “Sería el número dos de esta banda, es importante esta detención. Veníamos siguiendo el rastro hasta Perú. Uno por uno tienen que seguir cayendo para que no haya impunidad por el asesinato de estas tres jóvenes”, afirmó Bullrich en diálogo con Todo Noticias.
La funcionaria agregó que sospechan que Ozorio salió del país en colectivo junto a Víctor Sotacuto, detenido días atrás en Villazón, Bolivia. “No parecen bandas sofisticadas, pero sí con un alto nivel de salvajismo. El hecho de que no estuvieran bajo el radar indica que es un grupo que nació hace poco tiempo y se mueve entre la extorsión, la droga y la prostitución”, sostuvo.
Mientras tanto, familiares de Ozorio contaron que en los últimos tiempos se había distanciado de su entorno tras acumular deudas millonarias por inversiones fallidas en criptomonedas. Según el diario Clarín, figura en los registros del Banco Central como “deudor irrecuperable”. También trascendió que había perdido su trabajo como camillero en el Hospital Italiano de Buenos Aires después de destinar la indemnización a proyectos financieros que lo dejaron en bancarrota.