Mientras en el recinto de la Cámara de Diputados continuaba desarrollándose al cierre de esta edición el debate por el Presupuesto Nacional 2019 –que incluye recortes a la educación, ciencia y otras áreas, para cumplir con las metas exigidas por el FMI-, en el exterior del Congreso se produjeron manifestaciones sociales que fueron reprimidas por la Policía Metropolitana y otras fuerzas de seguridad.
El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), denunció que las balas de goma, proyectiles de energías cinética, que se utilizaron para dispersas a los manifestantes están prohibidas ya que pueden causas lesiones graves e incluso la muerte.
“Ninguna ley que sea beneficiosa para el pueblo necesita un Congreso militarizado”, repudió la diputada de Unidad Ciudadana, Cristina Álvarez Rodríguez. Mientras el periodista Fernando Soriano mostró en las redes sociales la utilización de bombas de gas importadas para contener a los manifestantes. Y la diputada Victoria Donda decoró su banca con los cartuchos ilegales denunciados por el CELS.
Ya desde la madrugada de ayer, en la zona del Congreso se montó un fuerte operativo de seguridad, con carros hidrantes apostados a unas cuadras.
Según informa el diario Tiempo Argentino, los incidentes comenzaron pasado el mediodía cuando un grupo de no más de una docena de personas arrojó piedras sobre el vallado que circunda el Congreso, lo que dio lugar a una violenta represión que minutos después se convirtió en una cacería al voleo de manifestantes. Al promediar la tarde se registraban más de 30 detenidos.
CONTRA EL AJUSTE
Mientras el oficialismo con la ayuda de sus aliados buscaba en el recinto de la Cámara de Diputados la aprobación del Presupuesto 2019 que diseño para cumplir con el plan de recortes que le exige el Fondo Monetario Internacional (FMI), miles de personas se concentraron ayer afuera de un Congreso absolutamente vallado. Lo hicieron para hacer oír su voz contra el ajuste que de la mano del organismo internacional pretende imponer Mauricio Macri.
La sesión, prevista para las 11 de la mañana, empezó un poco más tarde de lo acordado y el debate continuaba al cierre de esta edición.
Cambiemos dice tener el número suficiente para aprobar el proyecto. La oposición pone en duda que lo consiga. El Gobierno necesita la media sanción de la Cámara baja para cumplir con las cláusulas del FMI, cuyo directorio se reunirá dentro de dos días para definir la aprobación del salvataje que pidió Macri frente a la agudización de la crisis.
El oficialismo cuenta esta vez con los favores del bloque Argentina Federal, que el martes ya le dio número para aprobar el dictamen en comisión. Con las firmas del entrerriano Juan José Bahillo, el misionero Jorge Franco, el cordobés Martín Llaryora, la chaqueña Elda Pértile -con disidencias-, todos ellos de esa bancada; y de Norma Abdala de Matarazzo, del Frente Cívico por Santiago, Cambiemos consiguió el pasaporte para tratar ayer el Presupuesto en el recinto.
El eje del Presupuesto 2019 sigue siendo en ajuste en las distintas áreas públicas en desmedro del pago de deuda. “¡Somos una escribanía del FMI! Sesionamos cuando lo dice el Fondo y votamos lo que nos pide”, apuntó durante el debate en comisión el jefe del bloque del FpV-PJ, Agustín Rossi, y sintetizó así las críticas opositoras al proyecto del Gobierno y también al modo en que el oficialismo consiguió llevarlo al recinto. Esas críticas se repitieron ayer a lo largo de todo el debate.
El rechazo al ajuste también se hizo visible afuera del recinto. Además de organizaciones sociales como Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa, la movilización de ayer sumó a los sindicatos de todas las CTA y los de la Corriente Federal.
Los bancarios habían convocado a un paro en la zona metropolitana en defensa del Banco Nación, que fue levantado porque el Gobierno dictó la convocatoria. El paro que sí se cumplió ayer fue el que convocaron los docentes. Educación es una de las áreas afectadas por los recortes presupuestarios. También llamaron a movilizarse al Congreso desde las Pymes.