El acceso y la basura

A punto de cumplirse cinco meses del temporal, hay cuestiones de la vida cotidiana que continúan siendo críticas para cientos de habitantes de Comodoro Rivadavia. El estado de las calles y el servicio de recolección de residuos son parte del mismo.
Circular en auto desde el barrio Amaya o Las Américas para acceder al Juan XXIII, o a la Terminal de Omnibus por ejemplo, es imposible si se pretende hacerlo por la calle Carrero Patagónico. Es que la esquina de ésta con avenida Congreso todavía presenta una pronunciada zanja que inevitablemente contiene agua. Eso en una parte, ya que en la otra hay un montículo de tierra que los mismos vecinos dejaron con sus palas, cansados de esperar por alguna máquina que les devuelva –aunque sea en parte- la calidad de vida que tenían hasta la tarde del miércoles 29 de marzo.
Lo cierto es que los vehículos chicos tienen vedado el paso por allí. Solo alguna camioneta sorteará el obstáculo, aunque se llevará un recuerdo en forma de barro. Nunca llegaron hasta Carrero Patagónico y Congreso las máquinas y sus hombres-hora. Sin embargo, los vecinos aún conservan las esperanzas.
Además, los habitantes de ese sector del barrio Amaya padecen otro inconveniente: la empresa Urbana no les recoge los residuos. Ya no recuerdan cuándo fue que pasó por última vez el camión recolector, razón por la cual religiosamente deben llevar sus bolsas a los contenedores ubicados en el complejo habitacional de las 1.008 Viviendas, lo cual no deja de representar una molestia por más auto que se tenga. Ni hablar si alguno debe hacerlo a pie.
Por otra parte, los contenedores suelen llegar a sus topes rápidamente y no faltan los perros famélicos que desparraman la basura, generando más problemas, en este caso vinculados directamente con la salud humana.
Es cierto que el temporal puso al desnudo varias fallas de infraestructura y que con posterioridad se trabajó mucho para que todo volviera más o menos a la normalidad. Así lo hizo la Municipalidad, como también la SCPL y otras prestadoras. Pero todavía falta. La empresa Urbana, por ejemplo, parece no estar haciendo su aporte como debiera.

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