Durante la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia (1944-1955) el Chalet Huergo se utilizó para homenajear a los gobernadores o para ágapes que los propios gobernadores organizaban, y también fue espacio de agasajo para algunas reinas y mises del petróleo. A la vez, de manera excepcional -dado que el destino habitual era el hotel de huéspedes de YPF- albergó a referentes artísticos como la Camerata Bariloche de 1973 y el Ballet del Teatro Colón ese mismo año.
Varios presidentes nacionales e internacionales, embajadores, miembros de las fuerzas armadas, ministros, presidentes de la empresa estatal o de otras empresas petrolíferas extranjeras que llegaban a Comodoro Rivadavia para conocer el yacimiento fiscal (primero en el mundo, y que en varias oportunidades estas visitas derivaban en negocios), entre otros fueron huéspedes del Chalet Huergo, que tuvo en el Sha de Persia, Reza Pahlevi, y su esposa Farah Diba una de las visitas más recordadas (1965). Los relatos de la época señalan que aunque la estadía en el chalet duró cortas horas, llegó a colocarse grifería de oro en el baño de la planta baja, que fue retirada tras la visita.
Se sabe que se hospedaron en él, presidentes argentinos como Pedro Eugenio Aramburu (1957), Arturo Frondizi (1959), Arturo Illia (1964 y en más de una oportunidad), Juan Carlos Onganía (1967), Alejandro Lanusse (1972), Jorge Videla (13 de julio de 1976 y 9 de junio de 1979), Leopoldo Galtieri (1982), y Raúl Alfonsín (14 de diciembre de 1984). También se contó con las presencias del presidente de Bolivia, Víctor Paz Estenssoro (1964); de la escritora Silvina Bullrich (1960); del presidente y director general de la Sociedad Nacional de Petróleos de Irán Manoutcher Eghbal y del subsecretario de Participaciones Estatales de la República Italiana Francesco Principe (1969).
Uno de los administradores que más utilizó los salones del chalet para reuniones y fiestas fue el ingeniero Néstor Novillo (1967-1971).
El conde Eugenio de Chikoff fue, durante la década de 1960, el jefe de Relaciones Públicas de la empresa en Buenos Aires y era quien mandaba las instrucciones (o venía personalmente a Comodoro Rivadavia) sobre ceremonial y protocolo.
Además, fue la residencia del general Enrique Mosconi durante su dirección al frente de YPF entre 1922 y 1930. Por otro lado, fue centro de operaciones militares durante la Guerra de Malvinas en 1982.
No sólo fue lugar de paso para varios, fue también el lugar de trabajo de muchos otros. Por lo general, una sola persona era la encargada del mismo y vivía junto a su familia en la casa anexa al chalet. Este fue el caso de Nicola Genoff, Manolo Cristobo y Raúl Mansilla. También recibían ayuda cuando arribaban contingentes o había cenas importantes, de los mozos y cocineros que trabajaban en la casa del administrador o en el Club Huergo.
Como se observa, el Chalet Huergo, si bien recibió numerosas visitas, restringió su ingreso a los comodorenses en general y a los propios obreros y empleados de empresa estatal.