La investigadora del CONICET, Brígida Baeza (foto), sostiene que "las mujeres que están en parejas con trabajadores petroleros, durante el segundo boom petrolero fueron duramente castigadas porque se las señalaban como que solo gastaban el dinero y que no aportaban nada a ese hombre que estaba trabajando en el campo".
"También se le atribuye una mayor cantidad de prejuicios porque la mujer justamente no trabaja y hacia una vida distinta a las demás. El Estado ausente también permitió que esto se lleve a cabo ya que nunca reguló las relaciones sociales. Si uno compara, el proceso de YPF en la década del 20, 30 o 40 hubo una contención social y ascenso social que impulsaba la empresa, pero durante el segundo boom petróleo todo eso no se observó sino que se degradó", asegura.
Baeza considera que el segundo boom petrolero de los últimos años se caracteriza por la gran cantidad de alcohol y drogas. "En épocas de baja podemos ver que se perdió mucho más que se lo que ganó. No se pensó una alternativa para el petróleo y los trabajadores quedaron inmersos en un clima de vicios por los cuales presidentes de YPF como Mosconi temían que pudiera pasar", explica.
Por otro lado, la docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco argumenta que el segundo boom petrolero coincide con una etapa de globalización del consumo donde los trabajadores jugaron un papel esencial.
"Se los criticaba de por qué gastaban en camionetas o en televisores tan grandes, pero esto tenía que ver con la decisión de ser distinguidos. En Buenos Aires es impensado que un trabajador pueda comprarse una camioneta, pero acá eso se puede realizar. Esto es sumamente complejo porque genera distancias físicas y sociales, pero el petrolero siempre fue símbolo de ataque por sus compras exuberantes y muchas veces sin razonamiento", subraya.