En Comodoro se desarrollan variadas iniciativas para sacarle provecho a las energías alternativas

Paneles solares, aerogeneradores, biodigestores y turbinas de presión son algunos de los métodos que se emplean en Comodoro Rivadavia para desarrollar una alternativa de generación energética a mediana y baja escala. Los costos siguen siendo altos para encarar la mayoría de esos emprendimientos y sin la ayuda estatal se dificulta la compra de dispositivos e insumos. En la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco ya trabajan para que el consumo de electricidad de la casa de altos estudios se vea reducido gracias a un molino histórico de esta ciudad. En el barrio Malvinas Argentinas utilizan biodigestores para cocinar y en el Colegio Perito Moreno buscan alternativas para que los cables sean cosa del pasado. El caso más significativo se encuentra en la zona de la ex radio estación de YPF donde una chacra cuenta con dos paneles solares y un aerogenerador que le proporciona hasta doce horas continuas de electricidad.
El Patagónico publicó el 28 de febrero último cómo Comodoro Rivadavia se convertía en la primera ciudad de América en elaborar una comida doméstica en base a biogás en el ámbito urbano. La iniciativa se concretó a través de un biodigestor domiciliario donado por una empresa del rubro a la Asociación Vecinal Malvinas Argentinas, donde el mismo ya está marcha con infinitas posibilidades: generación de gas, energía eléctrica, fertilizante y calefacción a costo cero y sin ningún tipo de desechos, además de la factibilidad de generar empleos asociados y reducir el impacto ambiental al cambiar de signo la basura de desecho a recurso.
Sin embargo, esta no es la única posibilidad que tienen los comodorenses para contar con energía sin la necesidad de estar conectado al tendido eléctrico. Paneles solares, aerogeneradores, válvulas de presión, entre otros, son algunas de las alternativas que se pueden encontrar en distintos puntos de esta ciudad.
Uno de ellos es impulsado por el Laboratorio de Control del Departamento de Electrónica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. El área está integrada por siete personas que trabajan en la restauración del primer molino que se instaló en Latinoamérica a principios de la década de 1980.
El integrante del Laboratorio de Control, Gerardo Ahrtz, sostuvo que el aerogenerador fue una donación que realizó Alemania a Argentina y lo instalaron inicialmente en el Aeropuerto Mosconi, pero con el tiempo quedó en desuso y se lo llevó hasta el barrio de Astra donde su funcionamiento no fue óptimo por lo que terminó siendo abandonado.
El molino comenzó a ser blanco de vandalismo por lo que se empezó a gestionar para que fuera trasladado a inmediaciones de la UNPSJB, con el objetivo de que sea puesto en funcionamiento.
"Llevó su tiempo para desarmarlo. Se limpió y se repararon algunas partes. Una vez que se montó, se volvió a armar todo y desde la parte electrónica se comenzó a armar el tablero de control. Esto está dividido en dos etapas, una que funciona con un control manual -como ahora- y está en la segunda etapa que es automatizarlo, para que pueda parar si hay mucho viento o que arranque si hay el viento adecuado", explicó Ahrtz.
El ingeniero también detalló: "este molino no tiene modificaciones aerodinámicas, pero en la parte de generación se le cambió la caja multiplicadora y se le cambió el generador porque sufrieron desperfectos. En sus comienzos, el molino podía llegar a generar 20 KW y se lo podía exigir hasta que llegara a 25 KW, pero nosotros hasta que no lo podamos hacer andar no sabemos la cantidad de energía que puede llegar a alcanzar. Suponemos que con las modificaciones que hicimos va a andar entre 15 y 20 KW", estimó.
"Esa potencia es relativamente baja, pero hay que tener en cuenta que es la primera generación de molinos. Si bien esta máquina es chica, hay que preservarla por el valor histórico que tiene y, además, si la podemos hacer andar nuevamente, podremos inyectar esa energía nuevamente a la red de la Universidad y esto significaría un gasto menos para la institución. La potencia que genera el molino no alcanza para toda la Universidad, pero significaría un gasto menos y va a ser una herramienta de desarrollo importante", dimensionó.

ENERGIA INALAMBRICA
En el Colegio Perito Moreno los alumnos Luis Aberto y Juan Dulcich, padre e hijo que concurren a la nocturna, trabajan en un proyecto que consiste en un sistema de transmisión de energía de manera inalámbrica. La iniciativa surgió ya que en la sala de computación del establecimiento no cuentan con tomacorrientes libres. Así los alumnos carecen de lugar para enchufar sus notebook o teléfonos celulares.
"Esto no genera energía, sino solo la transmite, pero trae muchos beneficios para toda la comunidad. Esto permitiría que en un área de determinada puedas cargar tu smartphone sin la necesidad de estar conectado y sin la necesidad de estar 'pegado' a una red. Además, puede ser replicado en instituciones como hospitales, escuelas, aeropuertos, la municipalidad, plazas o estaciones de subte, micro y puede sacarnos de un apuro importante", sostuvo Luis Dulcich.
"El gasto de la construcción de estos dispositivos no es muy grande, solo falta un poco de decisión política para que se pueda llevar a cabo. Lo importante es que nadie debe tocar las bobinas porque contiene corriente, pero esto se podría realizar a grandes escalas para los barrios y los vecinos podrían tener energía sin la necesidad de tener cables y generaría muchos beneficios", consideró.
En la institución educativa también se está trabajando en un motor que funcione a base de hidrógeno, pero todavía están en la parte experimental con elementos muy rústicos. En ese sentido, el docente Juan Manuel Giménez explicó: "lo que estamos trabajando es en la obtención del hidrógeno pero nos encontramos con el problema que es una molécula muy chiquita; entonces entre los intersticios de los elementos que los contienen pasa esa molécula y no la podemos contener".
"Vamos a seguir investigando y realizando visitas a empresas que trabajan con hidrógeno para llevar a cabo este proyecto. Por eso vamos a reunirnos con ingenieros de una empresa local donde ya nos adelantaron que el hidrógeno que se obtiene con gas se inyecta a los motores. Eso nos permite saber que el hidrógeno que obtenemos nosotros es una burbuja que no tiene llamas mezclada con oxígeno. No lo podemos contener, pero trabajaremos para realizar este motor", añadió.

ENERGIA DEL SOL Y VIENTO
Osvaldo Aguilar e Inés Calatayud se fueron a vivir a la zona de la ex radio estación de YPF en 1998 y pese a que se encuentran a 500 metros de la estación central de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada recién pudieron contar con energía eléctrica de red en 2014.
Sin embargo, ellos siempre buscaron la manera de contar con el servicio eléctrico por motivos de seguridad. Fue así que en 2012 decidieron comprar un aerogenerador a la empresa Tecnotrol para dejar de gastar tanto dinero en combustible para hacer funcionar los generadores.
Invertir no fue una decisión fácil ya que el costo del elemento se encuentra entre 90 y 120 mil pesos. Esta inversión continuó con la compra de dos paneles solares que obtuvieron en Córdoba. "Somos la primera chacra que cuenta con un aerogenerador y dos paneles solares", sostuvo Inés, orgullosa de su modelo de inversión sobre las energías renovables.
La referente vecinal manifestó que estos elementos no son fáciles de instalar debido a la gran velocidad del viento que hay en Comodoro Rivadavia. "Tuvimos que soldarle una pata para que sostenga el panel (solar) a 45 grados para que tenga más potencia de luz. Nosotros compramos en Buenos Aires y Córdoba, pero tenemos que reactualizar todo por las condiciones climáticas que tenemos acá", explicó.
Respecto al aerogenerador, "el viento mueve las aspas y llena las baterías. Esto hace que suba al inversor que funciona a 220 voltios y detecta el movimiento del viento. Tenes más de 20 amperes de carga y cuando el viento es muy fuerte se detiene para que no nos queme todo, pero no podemos acumular el sobrante y no se puede usar", graficó.
Inés afirmó que la compra del aerogenerador les ayudó a cambiar su estilo de vida. "Hemos aprendido que cuando hay mucho viento, lo paramos nosotros. Mantenemos la carga. El otro día pasamos 12 horas sin luz y nosotros nos solventamos con esto. Eramos los únicos en la zona que teníamos luz. Para lo único que no lo usamos es para heladera porque si no tendríamos que invertir en un valor de dos autos usados más ahora. Ahora que está abierta la exportación han bajado los precios, pero todavía no es muy viable para las personas que no están decididas a invertir en esto", subrayó.
Asimismo, la vecinalista sostuvo que para adquirir los paneles solares se debe viajar a Córdoba y Buenos Aires. "Lo bueno de tener estos aparatos es que aprendés a manejarte con la energía. Sabés qué cantidad de electricidad utiliza cada aparato y cuándo debés utilizar cada cosa", indicó.
La idea de Inés y su marido es que el galpón que están construyendo pueda ser sustentado con electricidad generada por energías renovables. "A nosotros el aerogenerador y los paneles solares nos dan una reserva de 12 horas aproximadamente sin contar con la heladera. Por eso nuestro otro propósito es que el criadero de pollos se sostenga solo con los otros paneles solares que vamos a poner porque estamos demostrando que se puede vivir con energías renovables", recalcó.

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