Energía nuclear: la doble vara y la impunidad israelí

Mientras Estados Unidos le exige a Irán el cumplimiento de normas, jamás hubo una inspección en Israel para conocer su potencial nuclear.

Un día antes del ataque de Estados Unidos contra Irán, el canciller iraní se reunió en Ginebra con sus pares de las potencias europeas para intentar reactivar las negociaciones que se habían suspendido cuando Israel decidió comenzar a bombardear Irán y matar a varios de sus máximos líderes militares y científicos nucleares.

La reunión no produjo resultados, al menos públicos, y este domingo, tras los bombardeos norteamericanos, la Comisión Europea (CE) -una suerte de Poder Ejecutivo de la Unión Europea- volvió a elegir presionar a Teherán y no condenar ni a Israel ni a Estados Unidos.

"Irán nunca debe conseguir la bomba. Con la tensión en Medio Oriente en un nuevo máximo, la estabilidad debe ser una prioridad y el respeto del derecho internacional es crítico. Ahora es el momento de que Irán se comprometa a una solución diplomática creíble. La mesa de negociación es el único lugar para terminar con esta crisis", escribió en sus redes la titular de la CE, Ursula Von der Leyen.

Una posición similar tomó el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, y el canciller alemán, el conservador Friedrich Merz. El único que no asumió un apoyo claro a Washington fue el presidente francés, Emmanuel Macron, aunque sólo se declaró "preocupado".

UNA EUROPA DEBIL Y UN TRUMP DESATADO

A diferencia de lo que sucedió en 2017, cuando Trump en su primera presidencia decidió romper unilateralmente el acuerdo internacional que había logrado suspender el programa nuclear iraní, esta vez las potencias europeas no parecen estar dispuestas a confrontar a su aliado estadounidense y, por consiguiente, también a su socio, Israel.

"La semana pasada estábamos negociando con Estados Unidos cuando Israel decidió reventar esa diplomacia. La semana pasada estábamos dialogando con la Unión Europea y el E3 (Reino Unido, Alemania y Francia) cuando Estados Unidos decidió reventar esa diplomacia. ¿Qué conclusiones extraen ustedes de esto?", se quejó el canciller iraní Araghchi este domingo desde Estambul antes de irse a Moscú, luego que los líderes europeos le exigieran que vuelva a sentarse a negociar.

"Ahora resulta que Reino Unido y la alta representante dicen que es Irán quien debe 'regresar' a la mesa de negociaciones, pero ¿cómo podemos regresar a algo que nunca abandonamos y menos aún ahora que ha estallado?", agregó y dejó en claro que no volverán a negociar mientras esté bajo ataque.

Pero aún si Teherán aceptara negociar, ¿qué tiene para negociar y con quién? El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, aseguró este domingo en una entrevista con el canal de noticias Fox que Irán "usó la diplomacia para esconderse" y que "deben renunciar de inmediato a desarrollar armas nucleares", algo que la República Islámica niega rotundamente desde hace décadas.

Los sucesivos gobiernos de Irán han dicho que el país sólo desarrolla un programa nuclear civil y como principal argumento sostienen que, a diferencia de Israel, ellos son signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear, el acuerdo internacional que desde 1970 busca evitar que se multipliquen los países con capacidad militar nuclear y, en cambio, crezca la cooperación de programas nucleares civiles.

NUNCA EN ISRAEL

En concreto, cuando un Estado firma este tratado se somete, por ejemplo, a la inspección de la OIEA para demostrar que cumple con los límites establecidos para un uso civil y pacífico de la energía nuclear.

Israel nunca adhirió a este tratado y, de esta manera, logró desarrollar de manera secreta armas nucleares. Pese a las tensiones y las constantes denuncias de Israel y otras potencias, Irán siempre se mantuvo dentro del tratado y, con más o menos limitaciones, mantuvo las inspecciones de la OIEA. Unas horas antes de los ataques de hace dos semanas de Israel, la agencia de la ONU había advertido que Irán había sobrepasado los límites permitidos de enriquecimiento de uranio y, pese a declaraciones explosivas posteriores de su titular, el argentino Rafael Grossi, que le valieron críticas internacionales, aún hoy la OIEA sostiene oficialmente que no tiene información que demuestre que Irán está a punto de conseguir un arma nuclear.

En este contexto, crece una pregunta: ¿por qué Irán se mantendría dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear y continuaría sometiéndose a inspecciones de la OIEA? ¿Qué incentivos tiene un país que ya probó firmando un acuerdo con las potencias mundiales y suspendiendo su programa nuclear, solo para que Estados Unidos lo boicoteara cuando cambió de gobierno; o que volvió a sentarse a la mesa de negociación con Washington y las potencias europeas e igual fue atacado? Los fantasmas de Muammar Kaddafi y Saddam Hussein sobrevuelan al hacer estas preguntas. La única manera de sobrevivir a una confrontación declarada con Estados Unidos es teniendo armas de destrucción masiva. El mejor ejemplo: Corea del Norte.

Este lunes, Grossi convocó a una reunión de emergencia de la OIEA en su sede en Viena. La decisión que tome Irán será clave para el futuro, la credibilidad y la relevancia de esta agencia de la ONU y de su titular argentino.

¿ISRAEL SEGUIRA CON SU GUERRA?

En su discurso posterior a los ataques, Trump dio por terminada su operación militar contra Irán, aunque advirtió que si Teherán toma represalias, la respuesta será aún más fuerte. "Habrá paz o habrá una tragedia para Irán como no vimos antes", sostuvo.

En ese momento, comenzaron a circular rumores de que Israel también podría frenar sus ataques contra la República Islámica, ya que después de todo habían comenzado bajo el argumento de que Irán estaba a punto de conseguir un arma nuclear y ahora su aliado estadounidense afirmaba que había "destruido completamente" las tres principales instalaciones nucleares.

Sin embargo, el vocero del ejército israelí, Effie Defrin, aclaró que los ataques continuarán. "Tenemos otros objetivos y continuaremos actuando para obtenerlos", sostuvo en una conferencia de prensa.

No aclaró cuáles son los otros objetivos, pero al escuchar las declaraciones de ministros y dirigentes israelíes en los últimos días queda claro que la intención es un cambio de régimen, terminar con la teocracia que nació en 1979 de una revolución que puso fin al gobierno autoritario y represivo que empoderó Estados Unidos luego de financiar un golpe de Estado en 1953 para derrocar al gobierno que quería nacionalizar el petróleo en plena Guerra Fría.

Fuente: El Destape

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