“Estoy desocupado, vengo con toda la fe a prender una vela y pedirle un trabajo. Ya pasé por el santito, así que ahora le prendí una vela y le pedí trabajo porque hace un año y medio que estoy desocupado”, le contó a El Patagónico, Pablo Ruiz, quien llegó a la procesión junto a su madre y su hija.
Ruiz trabajaba en el puerto y hacía trabajos particulares. Ahora solo se mantiene de changas. “Lo que venga no más va a ser buena ayuda. Yo soy del Newbery, vengo con mi mamá, mi hija, le tenemos fe al santito”, subrayó.
Su fe es la misma que la de más de mil personas que ayer se movilizaron por las calles del barrio San Cayetano llevando en andas la figura del patrono del pan y el trabajo.
El párroco Oscar Ramos describió: “la gente llega pidiendo pan y trabajo, y agradeciendo también, agradeciendo todas las cosas que el señor nos concede día a día”.
Junto a la figura de San Cayetano ayer se podía observar a niños de diferentes comunidades, como la boliviana, que también son parte de la parroquia del barrio y que en el aniversario de la declaración de la independencia del país altiplánico se sumaron a la procesión con la imagen de la Virgen de Copacabana.
“El mensaje es seguir caminando juntos, como decía el obispo. La situación social la sacamos entre todos, la comunidad, todas las instituciones, seguir caminando juntos, no desanimarse y saber cada uno qué aporta para el crecimiento de la sociedad”, expresó Ramos.
El párroco sostuvo que se nota a la gente preocupada por la falta de trabajo, “porque hace falta oportunidades para las familias. Nosotros atendemos a 60 familias en Caritas, y en la procesión la gente trae alimentos, para poder compartir con todas las familias a las que una vez por mes le damos un bolsón de alimento”.
Tras la procesión de media tarde, a las 20 se celebró una misa para aquellos que salían a esa hora del trabajo. Y a las 22 la misa de la Santa Eucaristía tuvo lugar en la ermita del barrio, con devotos que fueron a prender una vela en pedido de pan y trabajo.
“Venimos todos los años a agradecer por el trabajo y que no nos falte”, contó Karina que también participó de la misa y de la bendición de vehículos. “La situación de hoy en día es por la falta de trabajo, venimos a pedir por los desocupados”, agregó.
María Carrizo, una de las vendedoras del puesto que la iglesia del San Cayetano levantó frente a la ermita para juntar fondos destinados a la parroquia, contó que vendieron muchas más velas que el año pasado. “Este año se vendió muchas velas para pedir, porque primero se tiene que agradecer y luego pedir”, afirmó.
Los niños del grupo folclórico “La Corralera” que ensayan en la vecinal del San Cayetano, bailaron frente a la ermita. “Son 32 chicos del barrio. Algunos son muy humildes, y les faltan botas y ropa, por eso se hacen eventos para juntar dinero y comprar la vestimenta. Estamos acá agradeciendo que estamos juntos, y de tener buena salud”, relató la encargada de los ensayos.
Desde la parroquia del San Cayetano además invitan a sumarse a la campaña de donación de 1.000 pesos para pintar el edificio y arreglar la luminaria externa del templo ubicado en Pieragnolli y Polonia. Como retribución los que colaboran se llevan un mate bendecido.