Messi aterrizó en el aeropuerto de Le Bourget en Francia ante una multitud que lo estaba esperando y minutos después saludó a los hinchas del PSG.
El rosarino abandonó este martes de Barcelona para fichar por el París SG, un golpe sobre la mesa del club francés en sus ambiciones de conquistar el reconocimiento internacional y la Liga de Campeones.
Mientras su imagen gigante era retirada del Camp Nou, la estrella argentina llegaba hacia las 13h20 locales al aeropuerto de Barcelona-El Prat, acompañado por su mujer y sus tres hijos.
En su cuenta de Instagram, su esposa Antonella Roccuzzo subió una foto de la pareja sonriente en el avión, acompañada de la frase 'Hacia una nueva aventura juntos los cinco'.
Su padre y agente, Jorge Messi, había llegado 20 minutos antes que él al aeropuerto, seguido por cámaras y escoltado por la policía. "Sí", respondió escuetamente Jorge Messi cuando le preguntaron si Lionel iba a firmar con el club francés.
Locura por Messi
Delante del aeropuerto de Le Bourget, una cuarentena de aficionados le esperaba antes incluso de conocerse su llegada al aeropuerto barcelonés. Y en el Parque de los Príncipes varios operarios limpiaban y colocaban una alfombra roja en la entrada VIP del estadio.
La tranquilidad del jugador y su entorno contrasta con la efervescencia de las redes sociales y la impaciencia de los seguidores parisinos, listos para recibir a uno de los mejores futbolistas de la historia.
Los actores del fútbol francés también compartieron durante el fin de semana su entusiasmo ante la posible llegada del seis veces Balón de Oro.
La prensa francesa habla de un acuerdo entre ambas partes en torno a un contrato de al menos dos años, con un salario anual neto de unos 40 millones de euros (47 millones de dólares).
Esa cantidad colocaría a Messi por encima de Neymar (36 millones de euros; 42 millones de dólares), el futbolista mejor pagado en Francia.
Pero sin su presencia en la capital gala no hay fichaje. La 'Pulga' juega con los nervios de los seguidores parisinos de la misma manera que gambetea a sus rivales en los terrenos de juego.
Neymar, su amigo
El domingo prefirió dedicar al Barça el que podría ser su último fin de semana como jugador sin contrato.
En las entrañas del Camp Nou donde forjó su leyenda, Messi, en lágrimas, clamó su amor por el club al que llegó con 13 años.
"Nunca imaginé mi despedida porque la verdad es que no lo pensaba", confesó, revelando que estaba dispuesto a bajarse el sueldo a la mitad para poder quedarse.
Pero el Barça renunció a prolongar su oneroso contrato, que expiró el pasado mes de junio, esgrimiendo el elevado riesgo que supondría para sus depauperadas arcas.
El PSG no podía dejar escapar la oportunidad, ante la búsqueda perpetua de sus ricos propietarios (QSI) de superestrellas que desarrollen su marca.
El músculo financiero de QSI y el relajamiento de las normas de 'fair play' financiero de la UEFA hicieron posible una operación que pocos concebían apenas dos meses atrás.
El contacto entre Messi y el PSG data, al menos, del verano de 2020, cuando el argentino comunicó su intención de abandonar el Barça. Pero en aquel momento aquello no fue muy lejos y el futbolista llegó a un acuerdo con el club catalán para renovar por un año.
El N.10 cuenta entre sus amigos al brasileño Neymar, con quien jugó entre 2013 y 2017. Ambos pasaron una noche juntos, a principios de agosto, durante sus vacaciones en Ibiza, en compañía de los argentinos Angel Di María y Leandro Paredes y del italiano Marco Verratti, los tres jugadores del PSG.
El París Saint-Germain, que derrotó al Troyes el sábado en Ligue 1 (2-1), ha preparado el terreno para este 'big bang' capaz de llevarlo a otra dimensión, tanto deportiva como económica.
Ahora solo falta una firma.