El tecladista de la banda cuartetera Trulalá, Franco Carignano habría extorsionado durante siete años a una joven que hoy tiene 26. La amenazaba con que le envíe fotos desnuda y en ropa interior porque, caso contrario, las haría públicas. "Nunca supe quién era mi acosador, pero me perturbó durante 7 años", aseguró.
La joven a quién Franco extorsionó durante siete años contó su calvario en una carta que envió a los medios locales.
TEXTO COMPLETO
Córdoba, 15 de Septiembre 2016
Mucho tiempo esperé este momento, pensé que jamás llegaría, pero hoy puedo decir que esta dura historia se terminó para mí y seguro que para muchas chicas también.
Soy quien realizó la denuncia en el año 2012, después de haber padecido durante casi 3 años las amenazas y exigencias de un desconocido, dando inicio a una investigación finalizada con la detención del autor. A raíz de noticias y comentarios que he leído en diferentes medios de comunicación, decidí, a través de la presente, contar mi historia.
Si bien yo cometí un error que cualquier adolescente puede cometer, por el mismo pagué con sufrimiento durante 7 años. Debemos concientizar que estas cosas pasan, y que "quien las hace las paga", siendo necesario, que quienes sean víctimas de esta persona se animen a realizar la denuncia.
Mi historia comienza a finales del año 2009, en la red social Messenger, cuando un tal "Andrés" me agrega a la misma; entablamos una "amistad" y tiempo después cuando había confianza entre ambos, me pidió que le envíe una foto en ropa interior, a lo cual, en un primer momento me negué, pero fue luego de tantas insistencias que accedí y ya no hubo vuelta atrás.
Una vez enviada esta primera foto, él comenzó a exigirme más (ya sin ropa interior), amenazándome, con que, si no lo hacía, iba a divulgar la foto a todos mis contactos. Por miedo a que lo hiciera, asentí y fueron casi 7 años en los que esta persona "aparecía" cada 2 o 3 meses exigiéndome que envíe más material. Hasta 2012 su conexión fue a través de Messenger, enviándome e-mails donde sus asuntos eran tales como: "Fotos en bolas", "Subo fotos a tus amigos", "Esta semana armo una cadena por Facebook", entre otros con el mismo nivel de intimidación.
A principio de ese año, mi novio se enteró de esta situación y me brindó su apoyo, es la única persona que conoce mi historia y todo lo que he pasado. Juntos afrontamos la situación, decidimos realizar la denuncia a mediados de ese año y cerrar mi correo.
Prontamente, su contacto comenzó a través de la red social Facebook, donde su metodología seguía siendo la misma, exigirme fotos y también videos a cambio de no hacer público lo ya enviado. A lo largo de estos años esta persona utilizó más de 20 perfiles de Facebook (en un principio de hombres, luego de mujeres) para contactarme, donde sus amenazas se hacían visible a través de la utilización de mis fotos desnuda como "Foto de Perfil", en varias ocasiones de carácter público y enviándole solicitudes de amistad y mensajes a mis amigos diciendo que era mi "compañera de facultad" y que necesitaba que le mande las cosas sino "subía todo"; como así también, compartiendo fotos y carpetas en estos perfiles, y páginas de boliches, de más de cinco chicas (incluyendo menores) donde su modo operandi evidentemente era el mismo, mostrando de esta forma, que él era capaz de hacer lo mismo conmigo.
En otras ocasiones, cuando no contestaba, me enviaba mensajes privados como: "No pensas contestar? Mirá la foto de perfil que subí, acá comienza todo sino contestas" siempre recalcando que iba a subir mis fotos y videos etiquetando a mi familia y amigos.
Finalmente, después de días de insistencia con solicitudes de amistad y mensajes, accedía a responder, siempre explicando que no podía, le pedía por favor que me deje tranquila, pero a él nada le importaba, solo le interesaba que le envíe fotos y videos donde me describía las posiciones que él deseaba, especificando con mínimo de detalle cada una de ellas.
En una de las tantas conversaciones le pregunté porque me hacía esto, a lo que él argumentó entre otras cosas: "Lo hago como un logro para mí porque no es lo mismo mirar a una que lo hace por plata o porque le gusta, que ver a una mina común". Dejando en claro lo pervertido que este individuo era.
Fueron muchos días y noches en donde esta persona no me dejaba tener una vida con normalidad.
Durante estos años logré graduarme en una carrera universitaria, pero en más de una ocasión, cuando me encontraba haciendo trabajos en grupo, recibía sus mensajes donde exigía que, si estaba con alguien, vaya al baño y le envíe las fotos que requería.
Llegué a darle la contraseña de Facebook a mi novio para que él se haga pasar por mí y le responda porque por momentos se convertía en algo difícil de sobrellevar; por ende, él tenía que de alguna forma convencerlo de que en ese momento era imposible de enviar lo que pedía y así "ganar", aunque sea algunas horas más de "tranquilidad".
En una oportunidad, llegó a pedirme que contacte a una de mis amigas de Facebook y la convenza de que le envíe fotos de ella desnuda a uno de sus tantos perfiles de Facebook, fue tanta la insistencia en esta ocasión que le dije "la única solución es que termine con mi vida, porque de otra forma esto jamás terminará".
Hasta el mes de junio de este año, su último contacto, existieron muchas fotos, videos y hasta video llamadas, días y noches llorando y rezando para que esto algún día termine, fue una verdadera pesadilla.
Yo nunca conocí a mi acosador, no sabía quién era, jamás supe su verdadera identidad ni nada de su vida, podría habérmelo cruzado en cualquier lugar sin darme cuenta. Fueron años horribles, cuando pasaban 2 o 3 meses de su último contacto yo sabía que en cualquier momento iba a volver a escribir, y pensaba: ¡¿Qué me va a pedir esta vez?!.
En 2015 desde la Fiscalía de Instrucción a cargo de la investigación me contactaron de la Unidad Cibercrimen de la Dirección de Investigaciones Operativas de la Policía Judicial de la Provincia de Córdoba y a partir de todas las pruebas que pude aportar (ya que fui guardando perfiles y conversaciones), y del gran trabajo realizado por los investigadores, la causa fue desarrollándose de manera satisfactoria, hasta que el 1ro de Septiembre del corriente año, recibí una llamada diciendo que tenían buenas noticias; y aquí el final tan esperado.
Por fin esta persona iba a dejar de molestarme, a mí, como a las demás chicas, que con el correr de los días se supo que el número de víctimas era muy alto.
Por esto, recalco que el motivo de esta carta, es para que todas las que han sido víctimas de este individuo o de cualquier caso similar se animen a realizar la denuncia correspondiente, para que, de esta manera pague por todo el mal que hizo a lo largo de estos años, ya que nadie, a pesar del error cometido, merece ser sometida por una persona que haga de su vida un disgusto, viviendo con miedo y condenada a cumplir con sus exigencias cuando se le "antoje".
Sé que muchas personas juzgaron y juzgarán mi historia, con distintos puntos de vista, pero lo único que les pido que miren a su alrededor y estén atentos a sus hijas, sobrinas, novias, hermanas, ellas pueden estar pasando por lo mismo.
Tuve que pasar por esto y se lo difícil que es, por eso les pido a todas las personas que tomen conciencia del alcance que pueden tener las redes sociales en nuestras vidas y sus consecuencias, su mal uso puede ocasionar graves problemas y nadie está exento, cualquier persona allegada puede estar pasando por algo parecido y no animarse a pedir ayuda.
Gracias.