El diputado Maxi Ferraro ha solicitado un informe tras la denuncia de que Laura Belén Arrieta, de 32 años, podría haber ingresado al país con equipaje sin ser revisado. Arrieta, quien formó parte del comité organizador de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Argentina, llegó a Buenos Aires en un lujoso jet privado procedente de Miami. Este vuelo, que despegó el 25 de febrero, ha levantado serias sospechas sobre la transparencia de los controles aduaneros.
Según el periodista Carlos Pagni, Arrieta llegó con una cantidad indeterminada de valijas, y cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y la Aduana intentaron realizar un control, se recibió una orden de no revisar el equipaje. Esta situación ha llevado a Ferraro a plantear preguntas cruciales: ¿quiénes viajaban en el avión? ¿quién dio la orden de eludir los controles? y ¿qué personal de Aduana estuvo involucrado?
Ferraro enfatizó la necesidad de que el Gobierno proporcione explicaciones detalladas sobre lo ocurrido desde el aterrizaje del avión hasta la salida de Arrieta del aeropuerto. La falta de claridad en la versión oficial ha generado aún más dudas, especialmente considerando el rápido ascenso profesional de Arrieta, quien ha pasado de ser azafata a gerente de empresas en Miami en un corto período.
El vuelo en cuestión, un Bombardier Global 5000, es uno de los jets más lujosos y su costo de operación es elevado. Se estima que el precio del vuelo superaría los 100 mil dólares, sin contar los gastos adicionales por el tiempo que el avión estuvo en un hangar privado. La conexión de Arrieta con figuras de la derecha conservadora, tanto en Argentina como en Estados Unidos, añade un nivel de complejidad al caso.
Mientras tanto, desde la Casa Rosada se minimizan las sospechas, calificándolas de meros rumores. Sin embargo, la falta de información precisa sobre el vuelo y el equipaje de Arrieta ha dejado abiertas muchas interrogantes. La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Aduana tienen en su poder los registros que podrían esclarecer la situación, pero hasta ahora no se han proporcionado detalles adicionales.
Este escándalo no solo pone en tela de juicio la gestión de Milei, sino que también resalta la necesidad de una mayor transparencia en los procedimientos aduaneros y la vigilancia sobre quienes se acercan al círculo del poder.