"Sacale el demonio al engendro ese": chats por la modelo que cayó del sexto piso

Las conversaciones entre Francisco Sáenz Valiente y una amiga presente en la noche en la fiesta en la que murió Emmily Rodrigues son parte del expediente.

Tres mujeres estuvieron presentes en la fiesta de la noche del jueves 30 de marzo donde Emmily Rodrigues, brasileña, de 26 años, perdió la vida al caer seis pisos al vacío en un confuso episodio en un piso de la calle Libertad, en la zona de Recoleta. El anfitrión fue el empresario Francisco Sáenz Valiente, cabeza de varias firmas dedicadas a la minería y al agro.

Sáenz Valiente, según diversos relatos, había conocido a Rodrigues esa misma noche gracias a Juliana Magalhaes, también brasileña, a quien había contactado cuatro años antes. Dafne, oriunda de Cuba, fue parte de la reunión. Con Juliana, Sáenz Valiente tenía una relación que no era particularmente estrecha. Se conocían “de la noche”, según ella misma, y se dieron cita en el departamento, donde según Juliana se consumió vodka, champagne, cocaína, tusi disuelta en bebidas y marihuana.

La tercera mujer era la más cercana al empresario de todas. Lía es su nombre de pila, de nacionalidad argentina. Tal como las otras dos mujeres, declaró en el expediente por femicidio a cargo del fiscal Santiago Vismara que mantiene detenido a Sáenz Valiente. En su testimonial, Lía reiteró los términos que expresó el empresario en su indagatoria, lo mismo que hizo Magalhaes en su declaración. Ambos aseguraron que Emmily estaba “como poseída”, que comenzó a morder y agredir a los presentes y que luego se arrojó.

Los chats que mantuvo con el empresario en la mañana del viernes 31, donde Rodrigues perdió la vida, son parte de la causa. Infobae accedió a su contenido. Allí, se ratifica lo que se conoce en otras partes del expediente, donde Sáenz Valiente es defendido por los abogados Facundo Orazi y Rafael Cúneo Libarona: que Lía se retiró antes de la muerte de Emmily, ofuscada por la situación. Tras irse, comenzó a escribirle al empresario.

“Sácale el demonio al engendro ese. ¿Qué le paso? ¿Se exorcizó? ¿Se transformó? No se entiende lo que pasó. No me explicaste nada. Malísimo. Una psiquiátrica demente. Te voy a visitar a vos y me tengo que fumar a una desquiciada. O sea, ¿de dónde la sacaste? Y la otra que es la amiga. Una más chapa que la otra. No sé de dónde mierda las sacás. Increíble cómo me tuve que ir de tu casa”.

Emmily ya estaba muerta para ese entonces. El empresario, que todavía no había sido detenido, le respondió dos horas después, con la Policía de la Ciudad en su garage y el cadáver de la joven brasileña en el hospital Fernández.

“Llamame cuando puedas Lía. Pasó algo terrible”, le replicó Sáenz Valiente por mensaje de audio.

Lía responde: “???”

Sáenz Valiente le aseguró luego, a las 11:27: “Lis, es terrible, se tiró por la ventana, no lo pude parar. Murió. Estoy roto por dentro. Te hablo después, estoy con la Policía acá”.

Lía replicó, consternada: “¡No lo puedo creer! Lo que creo es que a esa mujer se le metió un demonio o un espíritu en ese momento. Fran, yo temí por mi vida. A la mina se le transformó la cara pero zarpado. Yo me fui porque en cualquier momento nos mataba”.

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