Según dicen quienes se han comunicado con este medio, es tan fuerte el aroma que perciben que el mareo los afecta a todos por igual: grandes y chicos.
Cuentan que han llamado a la guardia de la SCPL y que quedaron en responderles pronto, pero hasta ahora no ocurrió y el olor continúa, provocando además del malestar corporal una lógica preocupación por cualquier eventualidad que pudiera producirse teniendo en cuenta que todo indica que se trata de un combustible.