Violencia y paralización en Grecia por una huelga general contra reforma jubilatoria

El paro, del que participaron casi todos los sectores laborales, fue convocado por los principales sindicatos en contra de la reforma de pensiones prometida por el primer ministro Alexis Tsipras como parte del acuerdo de rescate financiero alcanzado el año pasado entre Grecia y sus acreedores internacionales. Las pensiones se han recortado once veces desde 2010, con una pérdida del 40% de su valor.

Grecia vivió ayer la primera huelga general con movilización en lo que va del año, en contra de la reforma del sistema de pensiones y la suba de impuestos, una medida que prácticamente paralizó al pobre y endeudado país europeo, cuya capital fue escenario de violentos incidentes con choques entre manifestantes y policías.
Comerciantes, marinos mercantes, jubilados, profesionales, transportistas y sobre todo agricultores han multiplicado sus movilizaciones contra la reforma de la seguridad social, necesaria según el gobierno para garantizar un sistema de pensiones "inviable" en su estado actual, aunque vaya en detrimento de la gente.
La huelga, de la que participaron casi todos los sectores laborales, fue convocada por los principales sindicatos en contra de la reforma de pensiones prometida por el primer ministro Alexis Tsipras como parte del acuerdo de rescate financiero alcanzado el año pasado entre Grecia y sus acreedores internacionales.
De hecho, el paro coincide con la presencia en Atenas de representantes de los acreedores -Comisión Europea (CE), Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)- con la misión de revisar si Grecia cumple con lo pactado.
El llamado Cuarteto de acreedores exige un recorte este año del 1% del PIB (1.800 millones de euros) en las pensiones, y de su evaluación depende el desembolso de un nuevo tramo del rescate por 86.000 millones de euros en tres años acordado el año pasado, el tercero que recibió Grecia desde 2010.
Tsipras, líder del partido de izquierda Syriza, se consolidó en el poder en setiembre último tras ganar una segunda elección. Sin embargo, también tuvo que iniciar negociaciones con sus acreedores para tratar de manejar una deuda que asciende a más de 300.000 millones de euros.
Dentro del esquema que debe presentar a sus acreedores para que Grecia continúe siendo un país confiable, Tsipras anunció un plan para reducir las pensiones que provocó un enorme malestar en la clase trabajadora.

SEVEROS AJUSTES

Desde 2010, el FMI, la CE, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), y el BCE le han extendido al gobierno de Grecia cerca de 270.000 millones de dólares en fondos de rescate,a cambio de severos ajustes.
Las pensiones se han recortado once veces desde 2010, con una pérdida del 40% de su cuantía, sobre todo las llamadas principales.
En esta ocasión, los principales sindicatos y otras fuerzas se unieron para protestar en contra del plan de pensiones que prevé un recorte de casi el 35% para los nuevos jubilados.
El gobierno insiste en que se respetarán las pensiones actuales y no se recortarán aún más (aunque sí se revisarán en el 2018), las denominadas nuevas jubilaciones, pero para quienes las cobren a partir de este año, se recortarán hasta en un 35%.
Tanto la Confederación General de Trabajadores (GSEE) como la Confederación de Empleados Públicos (Adedy), mayoritarias en el sector privado y estatal de manera respectiva, llamaron a todos los trabajadores a unirse a las manifestaciones que se desarrollarán en todo el país.
Mientras, el Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), de orientación comunista, se sumó al paro y convocó concentraciones y marchas en 76 ciudades.
Pero además, tanto la Confederación Helénica de Profesionales, Artesanos y Comerciantes (Gsevee) como la Confederación Nacional de Comercio y Empresas (ESEE) también decidieron apoyar la movilización.
El amplio seguimiento se notó también en la multitudinaria manifestación que recorrió el centro de Atenas, y en que se registraron algunos incidentes cuando grupos aislados de manifestantes lanzaron cócteles molotov a la policía, que respondió con gases lacrimógenos y bombas aturdidoras.
Durante los enfrentamientos, un periodista fue agredido por algunos de estos manifestantes y tuvo que ser traslado al hospital, informó la agencia de noticias EFE.
Los disturbios continuaron después, ya finalizada la manifestación, en el barrio de Exarjia, de tradición izquierdista, donde los manifestantes incendiaron contenedores de basura y volvieron a la lanzar bombas incendiarias.
La manifestación fue la más multitudinaria de los últimos años, con unos 40.000 participantes, según la policía, y 100.000, de acuerdo con los organizadores.
Al grito de "retiren la reforma de pensiones o váyanse" o "los votamos para salvarnos, no para que acaben con nosotros", abogados, médicos, maestros, farmacéuticos, trabajadores de los aeropuertos y puertos, pensionistas y muchos otros profesionales marcharon no solo por el centro de Atenas sino por otras muchas ciudades.
En el transporte hubo un paro total en tranvías y trenes interurbanos y de cercanías, mientras que el subte y el tranvía de Atenas sólo circularon siete horas y los colectivos, doce.
Los barcos permanecieron amarrados y se produjeron 66 cancelaciones de vuelos domésticos de las compañías locales Olympic Airways y Aegean Air debido al paro parcial de los controladores.
A diferencia de las últimas dos convocatorias, la mayoría de comercios del centro de Atenas permanecieron cerrados, una imagen que no se repetía desde hacía años, pues las sucesivas huelgas han desincentivado la adhesión de muchos autónomos.
El presidente de la asociación de Pymes, Yorgos Kavazas, dijo que en algunas ciudades como Tesalónica -la segunda mayor del país- o Volos la participación se acercó al 100 %, informó EFE.
Según la confederación nacional del comercio, el coste del cierre de un día supone pérdidas de 210 millones de euros para el sector y de 8 millones para el Estado por la recaudación del IVA.
En el mercado central de Atenas la parte dedicada al pescado mantuvo un cierre total, mientras en la de la carne el seguimiento fue desigual porque, a pesar de estar de acuerdo con el motivo de la huelga, su sindicato no la ha secundado.
Los agricultores participaron en protestas en varias ciudades como Tesalónica, pero decidieron levantar los bloqueos de carreteras que mantienen desde hace dos semanas, con el fin de facilitar la participación en las manifestaciones.
A cambio, acordaron organizar un bloqueo de 24 horas para mañana en carreteras, aeropuertos, aduanas y puertos.

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