Nelson Aguilante fue imputado por femicidio y quedó detenido

La justicia ayer formalizó la investigación contra la pareja de Débora Martínez, quien fue asesinada a golpes y estrangulada durante los primeros minutos del viernes en el barrio Palazzo. El fiscal Héctor Iturrioz afirmó que en el auto de Nelson Aguilante se hallaron rastros de sangre. El registro de las cámaras de seguridad confirma que el hombre fue el único que estuvo en la casa. Aunque el acusado aseguró que vio salir corriendo a otro sujeto, el juez lo imputó por homicidio doblemente agravado y le dictó tres meses de prisión preventiva.
En la Oficina Judicial de Comodoro Rivadavia se desarrolló ayer a partir de las 11, la audiencia de apertura de investigación y control de detención contra Nelson Alberto Aguilante (36), acusado del primer femicidio ocurrido en esta ciudad en lo que va del año y del quinto homicidio de estos primeros 29 días de 2017. La víctima fue Débora Gisel Martínez (28).
El acto estuvo presidido por el magistrado Alejandro Soñis, quien luego de la presentación de las partes le dio la palabra al fiscal general Héctor Iturrioz, encargado de la acusación. Aguilante estuvo representado por el defensor oficial, Esteban Mantecón.
En primera instancia, el fiscal describió las circunstancias en que la policía concurrió a la vivienda que compartía la pareja en la calle Teniente Merlo 2.150, en el barrio Próspero Palazzo.
Los vecinos de la cuadra fueron quienes alertaron al 101 de la policía luego de que escucharon al propio Aguilante gritar en la vía pública: "vecino, mataron a mi mujer". Poco después, fue demorado como sospechoso del crimen ocurrido durante los primeros minutos del viernes.
El fiscal señaló que la víctima fue atacada con golpes de puño y con un elemento contundente que podría ser un martillo. Según el resultado de la autopsia, el mecanismo de la muerte se produjo por asfixia producto del estrangulamiento branquial. Se presume que Aguilante utilizó el codo de uno de sus brazos para presionar sobre el cuello de la mujer.
Iturrioz marcó que hasta el momento no existen antecedentes anteriores computables sobre denuncia de violencia de género, aunque solicitó un pedido de informes a Defensoría. No obstante, las entrevistas realizadas a distintos vecinos sostienen que la pareja protagonizaba “situaciones agresivas” en el interior de la vivienda.
Para darle sustento a su teoría, el fiscal sostuvo que Aguilante al momento de su detención presentaba escoriaciones en el antebrazo izquierdo y en la zona del pecho que serían compatibles con lesiones autodefensivas que le habría provocado la víctima en su resistencia. Argumentó que la detención del sospechoso se efectuó en forma legal por la cuasi flagrancia del delito.

SANGRE EN EL AUTO
Para solicitar la prisión preventiva del acusado, Iturrioz sostuvo que Aguilante aseó los pisos de la vivienda y encontró ropa sucia y mojada en el baño que le llamó la atención a los investigadores. Por ello, la Policía Científica secuestró un pantalón de jean que habría tenido puesto el imputado al momento de la muerte de Débora.
Las cámaras de seguridad de las viviendas lindantes serían una prueba más que importante para constatar que el único que ingresó y egresó del domicilio donde estaba la víctima fue su pareja. Los registros indican que entre las 21:28 del jueves y la 1:14 del viernes -en que tomó intervención la policía-, el único que fue observado fue Aguilante, a bordo de su Renault Fuego.
El fiscal detalló los horarios de las cámaras a las que accedieron, lo que hace presumir “la ausencia de otra persona”. Otra determinante prueba sería el levantamiento de rastros hemáticos del piso del asiento del acompañante del vehículo del detenido.
En el interior de la casa, en tanto, se secuestró un martillo que podría haber sido utilizado por el asesino para golpear a la mujer, quien tenía una herida contuso cortante en el cráneo. La casa estaba higienizada y los muebles y la cama, ordenados, por lo que para el fiscal Aguilante “disfrazó la escena”.

A LA CARCEL
Por todo lo expuesto, el fiscal sostuvo que existen elementos suficientes para tener como probable autor del homicidio a la pareja de la víctima. Describió los riesgos procesales de fuga y entorpecimiento, así como la gravedad y multiplicidad de las lesiones provocadas en el ataque.
Iturrioz describió que la puerta de la vivienda estaba cerrada desde el exterior con alambre, y según se desprende de los numerosos testimonios de los vecinos el imputado solía dejar encerrada a su pareja en el domicilio. Débora “nunca salía de su domicilio”, dijeron los testigos.
El fiscal solicitó la prisión preventiva de Aguilante por tres meses para cautelar el proceso mientras se esperan los resultados de los estudios patológicos y de otras pericias efectuadas en la escena del crimen. El acusador imputó al hombre por el delito de homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con quien mantenía una relación de convivencia, y por mediar la violencia de género.
En ese sentido, adelantó que la pena en expectativa sería de prisión perpetua en caso de ser condenado. Por su parte, Mantecón sostuvo que no había peligro de entorpecimiento de su defendido y que como las cárceles de la ciudad se encuentran colapsadas, convenía el arresto domiciliario.
En su resolución, el magistrado dio por formalizada la investigación preparatoria a juicio contra Aguilante. Asimismo, declaró legal la detención y sostuvo que existen fuertes indicios -con el aval de testigos- para tenerlo como probable autor del asesinato.
Consideró que el fiscal dio sobradas pruebas del sistema de agresión que utilizó el sospechoso para matar a su pareja, entendiendo que se trata de un delito enmarcado en el femicidio donde existe el “dominio” del hombre ante la víctima. Calificó el delito como de suma gravedad y “altamente violento”.
En ese marco, le decretó tres meses de prisión preventiva y seis para concluir con la investigación. Por pedido del defensor autorizó a que Aguilante sea trasladado mañana al área de Salud Mental del Hospital Regional para ser sometido a una serie de estudios.
Por último, hizo lugar al pedido de Iturrioz para que la policía ingrese al domicilio de Palazzo a buscar prendas de vestir para el detenido y así secuestrar el pantalón que hasta ayer tenía puesto.

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