El motivo fue la desigual competencia que generó la ampliación de las importaciones por parte del Gobierno neoliberal de Mauricio Macri, una invitación perfecta a los productores chilenos que con mayor potencial en cantidad y menores costos, pueden ofrecer un valor de mercado más atractivo.
Cabe recordar que en Chubut la producción se distribuye entre el mercado regional, con las 30 dulceras de la zona que se quedan con el 60% de la producción, y el mercado interno del país, al cual a través de intermediarios de Neuquén y Buenos Aires se distribuye el 40% restante. Estos últimos son los que se han visto tentados por la apertura de las importaciones.
Como contrapartida, la inversión para producir fruta fina puede rondar los $450.000 por hectárea, aunque esto dependerá del tipo de plantación.
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- 29 enero 2017