A rodar

Horacio Alonso

- La elección de octubre será muy disputada. ¿Bullrich, Cristina? No, esa no. La de ADEFA. En ese mes se debe producir el recambio de autoridades en la central empresaria y todo indica que los roces que existieron el año pasado se repetirán, en esta oportunidad, incluso, con mayor fuerza. No es un dato menor ya que quien conduzca la entidad será el portavoz con el Gobierno de uno de los sectores más importantes de la economía. La relación entre privados y funcionarios será clave si se quiere avanzar al objetivo planteado por el "Plan Un Millón" que está en pleno desarrollo. Es por eso que dentro de ADEFA se comenzaron a jugar las cartas para buscar el candidato que mejor interprete ese papel.

- El año pasado, la sucesión de Enrique Alemañy de Ford (que estaba ocupando el cargo que había dejado vacante Isela Costantini por su desembarco en Aerolíneas Argentinas), tuvo momentos de tensión. Había dos interesados en ocupar el sillón. Uno, un clásico postulante que ya había sido presidente: Cristiano Rattazzi. El otro, Daniel Herrero, de Toyota, que en diálogo con este diario reconoció, meses atrás, su deseo trunco. Por distintos motivos que no vale la pena precisar, estos empresarios no contaban con el consenso de los demás. Fue por eso que se optó por una salida salomónica. Se designó a Luis Ureta Sáenz Peña del grupo PSA. Un hombre de larga trayectoria que no despertaba reacciones contrarias y que ya conocía los sinsabores del cargo. Pero por cuestiones personales no pudo terminar su mandato y lo sucedió el vicepresidente, Joachim Maier, titular de Mercedes-Benz. Algunos aseguran que la llegada de Ureta respetó el sistema de sucesión que acostumbraba la entidad de nombrar a los presidentes por orden alfabético sobre la base de la primera letra de la empresa. Así, de General Motors (que era la empresa con el mandato en vigencia) se ofreció el puesto a Honda, Iveco y Mercedes Benz -que lo rechazaron- hasta llegar a Peugeot. Con ese criterio, en octubre quien debería llegar a la presidencia es Luis Peláez de Renault. Pero...

- No todos piensan igual y rechazan que haya quedado establecido el año pasado el retorno de la "escuelita", como se conoce al mecanismo alfabético. Es por eso que habrá enfrentamiento para la sucesión. "Vamos a tener que conversar", dijeron en una automotriz dando por descartada la idea de la sucesión automática. En otra terminal fueron más categóricos: "No vamos a aceptar el orden alfabético". Así las cosas, habrá debate.

- Este diario consultó a algunos directivos para ir conociendo las posiciones que se plantearán en un par de meses. La primera conclusión que se puede sacar es que el futuro presidente de ADEFA tiene que ser alguien de peso. Se están discutiendo muchas cosas con el Gobierno y se necesita cintura política y representatividad. ¿Podría el actual presidente Maier ir por un período completo teniendo en cuenta que asumió hace un par de meses en reemplazo de Ureta? Difícil. La dura entrevista que brindó al diario La Nación -que ya fue comentada en esta sección- quedó como un rosario de críticas al Gobierno. Esto cayó muy mal entre sus pares; tanto es así que algunos salieron a hacer declaraciones "optimistas" para compensar su impacto. Se cuestiona que no haya resaltado todas las medidas positivas que impulsó Mauricio Macri. Es por eso que no tendría mucho apoyo para sucederse a sí mismo. Es cierto que el año pasado las terminales presididas por extranjeros reclamaron mayor participación, pero no parece ser éste el momento.

- La opción "argentina" es la que se perfila como más atractiva. En ese escenario quien es el candidato con mayor consenso es Alemañy, un presidente respetado y con prestigio por su estilo negociador. Pero hay un problema: si tiene deseo de volver a conducir ADEFA. Meses atrás, en diálogo con este diario reconoció que estaba "cansado" de lidiar con los problemas de la institución y la responsabilidad al frente de Ford. También está hoy muy enfocado, como un desafío personal, en los planes productivos de la empresa, por lo que sería complicado distraer la atención. Pero, sin duda, es el candidato que evitaría una interna desgastante. Otro presidente que también reúne adhesiones es Pablo Di Si, de Volkswagen, un novato en estas lides ya que asumió la presidencia de la empresa alemana hace poco tiempo, pero que está creciendo como figura de peso. Además es de la automotriz líder del mercado. "Si Alemañy no acepta ser número uno, podría ocupar la vicepresidencia con Di Si de primero. Esa sería una buena dupla", explicó un directivo con mucho olfato.

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