Matías Ramón Sain (20), oriundo de Mendoza, asaltó ayer al mediodía un local de telefonía y reparación de celulares que funciona en Kennedy casi Estados Unidos, del barrio Pueyrredón.
David, el dueño del comercio, estaba junto a sus compañeros y a dos amigos que habían llegado de visita. Incluso se encontraba en el local su hija de 11 años que había regresado del colegio.
De repente ingresó Sain, que sacó a relucir un revólver calibre 22 plateado. "Agresivo, en un momento empezó a levantar todos los celulares, las tablet, metió todo en la bolsa blanca, sacó todo el dinero de la caja. Se puso nervioso, nos apuntaba con el arma a todos nosotros, quería llevarse los teléfonos nuevos, quería llevarse todo. Estaba como loco", le contó la víctima a El Patagónico.
Ante la amenaza de Sain, David alcanzó a tocar el pulsador de emergencia. El asaltante quería que le abrieran la puerta, pero según confesó la víctima, "lo retuvimos lo más que pudimos".
Es que el portero eléctrico está preparado para ello y retener lo más que se pueda a un delincuente. De eso se trata, sostiene David.
El método funcionó porque alguien pasó por la vereda y al mirar hacia adentro vio a un hombre con un arma de fuego. Inmediatamente llamó a la policía.
De esa manera se activó un sistema de emergencia y la policía actuó en forma rápida.
"El flaco nos amenazó que nos iba a matar a todos, que nos tenía vigilados", relató la víctima. David temía que le disparara a su hija.
"Yo le dije matame a mí, matame a mí ahora, si es verdad lo que estás diciendo, matanos a todos, nadie te va a abrir la puerta. Si él tiene la valentía para venir a robarnos, yo tengo el triple de valentía para defender a mi hija", sentenció la víctima.
Es que Saín no dejaba de apuntar y amenazar con matar a la niña.
Cuando le abrieron la puerta corrió tres cuadras, y por detrás David y sus compañeros lo siguieron. El ladrón corría con una bolsa de compras con unos catorce teléfonos celulares, una tablet y las tres billeteras de las víctimas.
"Excelente el trabajo de la policía, alcanzamos a correrlo e identificar la patente de la moto, que tenía a tres cuadras del local, lo corrimos hasta ahí y alcanzamos a ver cuando arrancó y se iba. Le pasamos el número de patente a la policía y con eso pudieron identificarlo" explicó David.
PERSECUCION
Y DETENCION
A la persecución se sumaron efectivos de la Seccional Tercera y Seccional Séptima. Dos efectivos de la Brigada de Investigaciones que realizaban tareas de vigilancia, escucharon por equipo radial la dirección por la que escapó el "motochorro" y lo interceptaron en la calle Ignacio Rucci al 2000 del Máximo Abásolo.
Según la policía, el sospechoso intentaba ingresar a un taller de reparación de muebles.
Todos los vecinos salieron a ver qué ocurría. Es que la cuadra se llenó de patrulleros. Incluso una vecina que tenía que llevar a su hija a la escuela debió esperar por algunos minutos hasta que la zona fue asegurada.
"Anoche me robaron el estéreo", contó la mujer. En el torpedo de su vehículo quedaban al descubierto los cables de colores. Otros vecinos sacaban sus cabezas por las ventanas para observar qué sucedía.
En el lugar el jefe de la Seccional Séptima, Luis Mellado, efectuó la requisa ante los testigos. Se contaron en poder del detenido catorce teléfonos celulares de distinto tipo y tamaño y una tablet. También le secuestraron a Saín el revólver que tenía entre las ropas. En el medio del procedimiento llegó otro joven que dijo que quería sacar su ropa del interior de la vivienda. Dijo que era de Río Negro.
Según fuentes policiales, Saín también está sospechado de ser el "motochorro" que asaltó a dos adolescentes entre las 21 y las 23 del martes en los barrios Roca y Fuchs. Las víctimas fueron despojadas de teléfonos celulares.
La moto en la que se movilizaba ayer Saín es una Honda Storm, patente 741 IIJ, cuyo sistema de arranque está cableado, por lo que se investiga si fue robada.
"El accionar de la Policía ha sido muy bueno, ahora espero que el accionar de la Justicia sea igual, este flaco no puede estar la otra semana afuera asaltando a otras personas", pidió David. La víctima agradecía que la policía recuperó el botín, porque de lo contrario cada uno de esos catorce teléfonos celulares que los clientes le habían dejado para reparar, debía pagarlos de su propio bolsillo.
- 19 agosto 2016