Brenda, Morena y Lara también movilizaron a Comodoro

Hubo una marcha de la que participó Edita Rubilar, una de las mujeres torturadas en el RI 8 por los militares de la dictadura.

Este sábado 27 de septiembre, Comodoro Rivadavia fue escenario de una nueva marcha Ni Una Menos, en reclamo de justicia por los femicidios de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez -ocurrido hace 10 días en Florencio Varela- y en repudio a la violencia machista.

La convocatoria comenzó en la plaza de la Escuela 83 con una radio abierta, que incluyó testimonios, análisis y expresiones artísticas, para luego dar paso a la caminata por la calle San Martín, pasadas las 18 horas.

Entre los diversos colectivos participantes, integrantes de Socorro Rosa Rabiosa —organización que acompaña interrupciones voluntarias y legales del embarazo— expresaron su indignación frente a la persistencia de la violencia de género y el desamparo estatal. “El dolor que sentimos es colectivo. Lo que pasó en Buenos Aires es alarmante y refleja la fragilidad del Estado como garante de derechos”, señalaron.

LO PELIGROSO DE LOS DISCURSOS DE ODIO

Las manifestantes remarcaron que el triple femicidio expone la precarización de la vida de mujeres y diversidades, así como el avance de discursos violentos. “El Estado vuelve a colonizar nuestros cuerpos, a colocar a las mujeres en un lugar de vulnerabilidad”, se expresó durante la radio abierta.

Con pancartas, carteles y cánticos, las columnas recorrieron las principales calles céntricas de la ciudad bajo la consigna: “Ni una menos, vivas nos queremos”.

Uno de los momentos más significativos de la jornada fue la participación de Edith del Carmen Rubilar, sobreviviente de la última dictadura militar y testigo en el juicio por delitos de lesa humanidad que se realiza en Comodoro.

“Vine para declarar en el juicio contra el Ejército de kilómetro 11 y me encuentro bien, en medio de la organización y la lucha. La violencia contra las mujeres de aquel entonces tiene continuidad con lo que vivimos hoy. Siempre nos trataron de avasallar. Cuando estaba detenida, el Ejército nos decía que nos lo habíamos buscado, que éramos prostitutas. Lo mismo dicen ahora de las chicas asesinadas. Lo único que nos queda es organizarnos y luchar por nuestros derechos”, afirmó Rubilar.

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