El prefecto no recordaba la dirección de su casa y evidenciaba haber estado peleando con alguien por una lastimadura en el rostro, según describe Radio 3.
En un chaleco, de los que usan en las fuerzas de seguridad, tenía cuatro cuchillos, dos cargadores de pistola 9 milímetros y 15 balas de ese mismo calibre. Lo demoraron, en principio, por violar la cuarentena.
El procedimiento fue realizado cerca de las tres de la madrugada en la calle Viento Norte al 2000 y estuvo a cargo de personal de la Comisaría de Playa Unión. Una vez que el demorado recobró la lucidez lo trasladaron a su domicilio. Indagaban si su arma reglamentaria la había dejado en la casa o se la habían robado.