Denis Rafael Neira se acercó ayer a la redacción de El Patagónico para efectuar un descargo y dar su versión sobre el incidente que lo tuvo como protagonista en la jornada de ayer, luego de que la policía de la Seccional Séptima efectuara un allanamiento en su domicilio y secuestrara un arma de fuego.
La intervención policial fue ordenada por la juez penal de turno, Gladys Olavarría y en virtud de una denuncia por amenazas con arma de fuego que fue radicada por la abuela de la pareja de Neira.
En diálogo con este diario el hombre aseguró que en ningún momento amenazó a nadie y mucho menos a la dueña de la casa. También aclaró que no tiene intenciones de quedarse con esa propiedad porque él está construyendo su propia casa en Kilómetro 8.
PROBLEMAS FAMILIARES
"Esta señora es la abuela de mi esposa. Antes todos se llevaban bien, nosotros alquilábamos y ella nos ofreció su casa que estaba desocupada. Nos pidió que la arreglemos y dijo que la usemos hasta que terminemos de construir la nuestra. Ese fue el acuerdo", sostuvo Neira.
Con el tiempo las familias tuvieron sus diferencias y repercutieron en los habitantes de la casa en cuestión.
"No sé qué pasó después entre la familia de mi pareja y esta mujer, pero la cuestión es que esta señora me tomó bronca a mí y me empezó a pedir la casa. Yo le dije que no nos podíamos ir todavía porque no terminé de hacer mi casa en Kilómetro 8. Al tiempo la comenzaron a amenazar a mi señora, sus tíos y primos, recibía amenazas por teléfono y después se calmó todo durante más de un año", relató.
El hombre contó que el sábado estuvo trabajando y después salió con su señora, pero cerca de las 16 llegó la dueña de la casa con la policía diciéndoles que tenían 72 horas para desalojar la casa. "Les pedí que me muestren si tenía alguna orden pero no tenían nada y le conté a la policía que ella nos había prestado la casa. Yo no usurpé, ni quiero usurpar nada porque estoy haciendo mi casa y no veo la hora de terminarla para poder irme", agregó.
La policía se fue y se llevó a la señora pero el martes, cuando el hombre estaba trabajando, la policía regresó con una orden judicial de allanamiento porque la dueña de casa presentó una denuncia por amenazas con arma de fuego.
"La impotencia mía es que nunca tuvo problemas con ella y tampoco la amenacé. No sé de dónde sacaron que tengo un arma, pero la cuestión es que me secuestraron la pistola que siempre la tuve en la casa por seguridad y que tiene todos los papeles en reglas, no están vencido como dice la policía. Encima me sacan por el diario como si fuera un delincuente", concluyó.
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- 17 agosto 2017