El derecho a la muerte digna comienza a discutirse en Chubut

El diputado provincial del Frente para la Victoria, José Grazzini, presentó un proyecto para que en Chubut se pueda acceder a "la muerte digna". El texto, que ya está en discusión en la Legislatura y reavivó el debate a nivel sociedad, prevé que, ante casos de enfermedades irreversibles o terminales, el paciente pueda tener conocimiento pleno sobre su estado de salud y el derecho de poder decidir si quiere recibir tratamientos o medicación determinada.

El legislador pretende derogar la Ley 436 que frena esa posibilidad, en lo que considera que es una "una ampliación de los derechos civiles de los ciudadanos en Chubut", basadas en el Nuevo Código, Civil y Comercial en lo que respecta al proceso de la denominada "muerte digna".
"La vida no es una obligación, sino un derecho", señaló el legislador a El Patagónico y reiteró que con su iniciativa lo que busca es "proteger los derechos del paciente. Es darle la libertad al paciente para que pueda hacer el ejercicio del derecho en cuanto a la autonomía de voluntad y a la información sobre su estado de salud", resaltó.
En concreto, lo que establece la iniciativa parlamentaria es que el paciente pueda decidir respecto al tratamiento y/o medicación a la que debe ser sometido para mantenerlo con vida y así, en caso de considerarlo "indigno", pueda expresar tanto verbalmente como por escrito su determinación de no continuar con la asistencia médica.

LA OPINION DE LA IGLESIA
El obispo de la Diócesis de Comodoro Rivadavia, Joaquín Gimeno Lahoz, aceptó la posibilidad de la muerte digna pero aclaró que la misma puede facilitarse o permitirse "ante situaciones extraordinarias".
"Lo que de ninguna manera puede aceptarse es la eutanasia. La muerte digna es algo muy distinto. La Iglesia no permite ni avala que a una persona se le nieguen los procedimientos de hidratación o alimentación, pero sí acompaña a que se termine con algunos tratamientos o asistencias médicas que pueden, efectivamente, producir mucho dolor e indignidad", apuntó.
El obispo recordó que antiguamente "lo que se buscaba era que la persona que estaba en estas condiciones, esté en su casa rodeada de su familia, que lo cuidaba, hidrataba y alimentaba hasta el fin, dejando de lado los medios extraordinarios que hoy tiene la medicina, que no siempre pueden o deben ser soportados por el enfermo y los suyos", explicó.
Esos medios extraordinarios, entre los que pueden incluirse los respiradoras y otras máquinas o medicamentos extremos, son "a veces muy encarnizados con la persona enferma. Prescindir de esos elementos es una muerte digna, pero siempre alimentando e hidratando a la persona hasta el fin", consideró el religioso.

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