En Astra realizaron un festival para pedir la restauración de la biblioteca

El temporal que castigó a Comodoro Rivadavia entre fines de marzo y comienzos de abril del año pasado deterioró más el edificio de la antigua administración que la compañía Astra construyó en 1917. Se perdieron más de 2 mil libros y sus actividades se vieron afectadas durante meses. Solo el esfuerzo de los vecinos logró que el lugar recupere su papel en el barrio. Ayer realizaron un abrazo simbólico al edificio para visibilizar que continúa funcionando pese al olvido del Ejecutivo municipal.

Entre marzo y abril del año pasado, Comodoro Rivadavia vivió el temporal más grande de su historia y sus barrios se vieron seriamente afectados. Astra fue uno de ellos, donde la Biblioteca Popular, que funciona en el edificio de la antigua administración que la compañía homónima construyo en 1917, fue la estructura más dañada.

Desde entonces, los reclamos se fueron multiplicando para que las autoridades municipales colaboren con la reparación de este sitio considerado Patrimonio Histórico de esta ciudad.

Es por eso que los habitantes de Astra realizaron ayer un abrazo histórico para dar a conocer la situación precaria del edificio y que a casi cumplirse un año del temporal todavía se espera la ayuda municipal.

La iniciativa se realizó en el patio exterior de la Biblioteca Popular y contó con un festival de danzas y música en vivo.

SEGUIR A PESAR DEL OLVIDO

En Astra no pierden el tiempo en guardar rencor por las cosas que no se hicieron o por la ayuda que nunca llegó. Es que es como dice Mariela Garolini, integrante de la biblioteca de Astra, “cada uno sabe lo que no hizo. Nosotros sabemos lo que sí hicimos. Desde marzo (del año pasado) estamos limpiando y ventilando”.

Los integrantes de la Biblioteca Popular decidieron esperar una semana después de que pasara el temporal para comenzar con las tareas de reestructuración. “El edificio ya tenía problemas de humedad pero con el temporal se agravó. Las paredes quedaron destruidas porque en esta parte había un canal evacuador y se vino todo el agua”, graficó Garolini.

Pese a que no cuentan con un título de propiedad del edificio, los vecinos decidieron trabajar de manera desinteresada ya que para “nosotros se trata de la identidad que tiene el barrio con el espacio”.

Una muestra de ello fue la gran donación de libros que recibieron después del temporal para volver a contar con más de dos mil en sus estanterías.

RECUPERACION

El mayor problema que deben afrontar los vecinos es que el edificio se encuentra construido sobre napas de agua. En consecuencia, se comenzó a trabajar con dos ingenieros para realizar un estudio de suelo que ayude a detectar el problema de la estructura y comenzar una reestructuración definitiva. “La biblioteca comenzó a gestionar fondos y ya empezamos con lo básico que es hacer un estudio de suelo para dar un diagnóstico y ver cuál es la situación del edificio con respecto a la estructura”, explicó la integrante de la biblioteca de Kilómetro 20.

Mientras se espera por la realización de este estudio, las actividades del Patrimonio Histórico continúan en el primer piso. Allí se llevan a cabo talleres municipales buscando la promoción de lectura.

Asimismo, los integrantes de la Biblioteca Popular apuntan a recuperar un espacio infanto-juvenil y seguir ofreciendo diferentes propuestas culturales para continuar enriqueciendo a Kilómetro 20.

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