Especialistas discrepan sobre los resultados del Protocolo de Kioto

En 1997 se aprobó en Japón el Protocolo de Kioto como instrumento para que los países industrializados se comprometieran a reducir las emisiones de gas, perjudiciales para el planeta que sufre un cambio climático por el calentamiento global.

El décimo aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kioto reabrió la discusión entre quienes sostienen que el primer tratado internacional de reducción de gases de efecto invernadero logró “el objetivo inicial de conseguir una disminución del 5 por ciento en las emisiones respecto de los niveles de 1990” y los que aseguran que el acuerdo “ha mercantilizado la atmósfera”.

Cinco años después de la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas de Río de Janeiro, se aprobó en 1997 en Japón el Protocolo de Kioto como instrumento para que los países industrializados se comprometieran a reducir las emisiones de gas, perjudiciales para el planeta que sufre un cambio climático por el calentamiento global.

El tratado, sin embargo, entró en vigor recién en 2005, cuando Rusia firmó el acuerdo.

“Han sido muy pocos los resultados obtenidos por el Protocolo de Kioto si se tiene en cuenta la dimensión del problema y los pocos esfuerzos realizados por los países más desarrollados”, dijo Jorge Cuello, docente de Derecho Ambiental de la UBA y miembro del Grupo de Investigaciones y Análisis de la Realidad Argentina (Giara).

La causa de la falta de resultados reside en que “los países más desarrollados se han negado a asumir los compromisos emanados de este acuerdo internacional”, estimó Cuello.

Según explicó, “estos mecanismos otorgan a los países industrializados, a sus empresas y a sus colectividades locales la posibilidad de financiar y realizar proyectos de reducción de emisiones a partir de tecnologías en los países no desarrollados, en principio favorables al clima, a cambio de derechos de emisión suplementarios, correspondientes a las emisiones evitadas”.

En su trabajo “Una mirada sobre el Cambio Climático desde América del Sur”, Cuello explica que “Kioto termina siendo una trampa porque permite a los estados más ricos eludir las responsabilidades en torno al cambio climático” y las acciones tendientes a neutralizar sus efectos “quedan sometidas a los intereses del mercado en vez de contribuir drásticamente a reducir las emisiones”.

NOTABLE LOGRO

Por su parte, para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) desde la entrada en vigor del Protocolo de Kioto “se ha logrado una reducción del 22,6 por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990 en 37 países industrializados y la UE, cuando el compromiso inicial era de una disminución del 5 por ciento”.

Así lo afirmó Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Cmnucc, en una entrevista al sitio español ABC.es en la que estimó que el Protocolo de Kioto fue “un logro notable en muchos aspectos”.

“Kioto no sólo asentó la realidad científica de que hay que reducir las emisiones, sino que ayudó a poner en marcha nuevas iniciativas como las ayudas a los países en desarrollo para que reduzcan las emisiones procedentes de la deforestación y la degradación forestal”, señaló Figueres.

Las distintas posiciones frente a Kioto se dan a pocos días de que la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la máxima autoridad en este ámbito, confirmara que 2014 fue el año más caliente desde que se cuenta con registros.

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