Héctor Campos: deporte, docencia y superación

El cierre del 3° Congreso Deportivo Solidario cerró con "la hora de los campeones", donde Evangelina Thomas, Omar Narváez y Héctor Campos abrieron sus corazones a los participantes. El Patagónico sintetiza parte de esa noche mágica.

No fue un Congreso Solidario Deportivo más, a beneficio de Javier Chiarito, sino que la implementación de “la hora de los campeones” a modo de cierre el sábado 3 de octubre, llegó para reafirmar al deporte en su integridad. Aquel deporte que forma y va más allá de los resultados.

El Patagónico sintetiza alguno de los momentos más emotivos que tuvo como protagonistas a la atleta Evangelina “Vanshi” Thomas, el boxeador Omar “Huracán” Narváez y el judoca Héctor “Toto” Campos.

En esta ocasión, el luchador con rodaje en los Juegos Olimpicos de Londres 2012 hizo un recorrido de su vida deportiva.

“Ni bien terminaron los Juegos Panamericanos me vine a Comodoro. Y creo estar más de 5 kilos de peso arriba de lo que dejé cuando “competia con los gorditos en el final de mi carrera”, expresó entre risas en la previa de “la hora”.

En una charla distendida, que podria catalogarse como un encuentro de viejos amigos, Héctor brindó detalles acerca de su historia de vida, donde tambien hubo espacios para las preguntas en total libertad por parte de los participantes.

Cómo se siente o se transita el ser un deportista de alto rendimiento fue el disparador de la noche.

En el caso de Héctor, el inicio se da en su familia. “Somos una familia de judocas. En total 7 hermanos, de los cuales mis 5 hermanas mayores hicieron judo. Entonces se respiraba judo en casa, más porque mi papá era judoca”, expresó.

Al igual que muchos chicos, “Toto” intentó con varios deportes a la vez “hice fútbol y básquet, pero mi papá se encargó de hacerme ver que era medio madera para esos deportes y me dediqué de lleno al judo”, confesó.

Entrenó en Viedma hasta los 17 años, cuando emigró al CeNARD donde vivió durante 10 años.

“El CeNARD fue y es mi casa, viví 10 años. Y por más que viajé por muchos paises, mi casa es el CeNARD, que es el sueño de muchos deportistas. A algunos les gusta vivir ahí a otros no. Pero si tenés los objetivos claros estar ahí te ayuda a conseguirlos. Es la casa de todos, aprovecho para decir que cuando estuvo al borde de venderse, yo fui uno de los que puso la cara para decir ‘esto no se va a vender’ y me tuve que pelear con mucha gente. Pero lo hice porque ese lugar me dio a mi todas las posibilidad (como muchos deportistas) para cumplir un sueño”, recalcó.

ACTIVIDAD DEPORTIVA Y CONSAGRACION

Respecto a los aspectos o actitudes a tener en cuenta para proyectarse en el deporte expresó: “Siempre me enfoqué en que más entrenamiento es más concentración. Mi entrenador repetía una frase que decía ‘las ganas de ganar tienen que ser más grande que las ganas de perder’. Creo que la confianza en uno es cien por ciento importante. Cuando subís a un tatami solo vos sabes si estás para ganar. La confianza en uno se da a medida que pasan los años y te enfocas en los entrenamientos que haces”.

¿Hay un techo en un deportista de alto rendimiento? ¿Cuándo se llega a la consagración, que más queda por recorrer?

“A la cabeza se te vienen cosas lindas en ese momento. En mi caso siempre en el momento de la consagración se me venia la imagen de mi papá y mi mamá. Yo con saber que ellos estaban orgullosos de mí ya me alcanzaba. Es lo más lindo. En especial porque sabía el esfuerzo que hicieron ellos para criar 7 hijos y que uno esté dónde esté mientras izan tu bandera. Solo queda llorar de alegría por lo que estás viviendo”.

Sobre el final intervino Javier Chiarito, quién agradeció todo lo que esta haciendo en su nombre, mientras aprovechó la ocasión para preguntar cuál fue la situación más díficil que les tocó pasar y en qué radicó su fuerza para salir adelante.

“En Londres 2012 teniamos un teléfono para llamar a la familia. Yo era un nene y llamaba a cada rato a mis familiares. Y llamé por equivocación al trabajo de mi mamá y me enteré que mi abuela había fallecido desde antes que yo compita. Fue duro pero son cosas que pasan”, recordó emocionado.

Es como que la cabeza se va haciendo fuerte a medida que la vida le pone obstaculos, sostuvo “Toto”, más en el alto rendimiento donde el cuerpo está al límite.

“Hay que seguir peleándola y pensar cada noche para qué uno está en la tierra. No tanto referido a las medallas. Antes de clasificar a Londres 2012 me anoté en el Profesorado de Educación Física. Y no fue facil, porque viajaba a otros países y volvia para entrenar. Y luego volvía a viajar. Y era así el ritmo. Llegar, sentarse a escuchar al profesor y tratar de estar al ritmo de otros era dificil. Mi novia me alentaba a no dejar. Costó pero terminé un año más tarde que el grupo que inició conmigo y cuándo me dieron el título caminaba orgulloso por las calles de Buenos Aires. Más por ese último año lo tuve que hace solo, con chicos que no conocía. Y recuerdo cuando llamé a mi vieja y le conté que ma había recibido, creo que fue el logro más importante de mi vida”, sentenció.

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